Cómo Aprovechar la Cáscara de la Parchita o Maracuyá

Por

Anastacia Chimaras Frangos

Twitter: @AnastaciaChF

 

Con la cáscara de la parchita, maracuyá, chinola, pasionaria o fruta de la pasión (passion fruit), se pueden elaborar los cascos de parchita, primos hermanos de los cascos de guayaba, igual de suculentos y que también se pueden servir con algo de su propio melado, queso crema y galletitas de soda. Muy sabrosos y con cuantiosas propiedades benéficas.

La parchita, incluida su cáscara, gracias a su alto contenido de fibra, promueve la secreción de jugos gástricos, mejorando el tránsito intestinal y actuando contra el estreñimiento y las hemorroides. Sus antioxidantes ayudan a limpiar los vasos sanguíneos, disminuyendo el colesterol malo y aumentando el bueno, favoreciendo así al sistema cardiovascular. Estos antioxidantes también colaboran a controlar el peso corporal, reducen la resistencia a la insulina y regulan los niveles de azúcar en sangre. Los alcaloides y fitonutrientes presentes en su composición actúan como tranquilizantes, beneficiando a pacientes con insomnio, ansiedad, depresión y otros trastornos neurológicos. El potasio de esta fruta mantiene el equilibrio de electrolitos, ayudando a regular la presión sanguínea. Varios flavonoides, presentes en la misma, ayudan a mejorar el asma y otras afecciones respiratorias. También tiene una gran cantidad de hierro, esencial para mantener los niveles de hemoglobina en sangre y un alto porcentaje de vitamina C que ayuda a la absorción del mismo. Pero además de hierro tiene magnesio, fósforo y cobre que ayudan en la prevención de la osteoporosis. Contiene beta caroteno que se convierte en vitamina A, mejorando la visión y que en conjunto con los antioxidantes de su estructura, ayudan a proteger las membranas oculares. Todos los elementos presentes en esta fruta, que ya mencionamos, adicionando las xantinas, hacen que también mejore el sistema inmunológico, la piel y el cabello, actuando incluso como elemento preventivo del cáncer.

Para elaborar los cascos de parchita, hierva agua y sumerja las cáscaras de parchita disponibles. Déjelas hervir de 1 a 3 minutos. Retírelas del fuego, escúrralas, déjelas entibiar y con mucho cuidado, retire la piel externa. Reserve en agua fría mezclada con el jugo de 2 limones, por un lapso de ½ a 1 hora.

Luego haga un melado con una parte de azúcar, media parte de agua y media parte del jugo de parchita (colado) que había guardado, de tal manera que a ojo, la cantidad de esta mezcla cubra las cáscaras. Deje hervir a fuego lento, revolviendo de vez en cuando hasta obtener un punto de hilo. Es decir que si se deja caer el sirope, éste caerá con cierta dificultad o en forma de hilo. Entonces agregue las cáscaras escurridas y revuelva hasta que el sirope cuaje. Debe evitar que éste caramelice, al contrario, la preparación debe tener una buena cantidad de melado algo espeso que será parte de la presentación.

Si lo desea, cuando agregue las cáscaras de parchita al melado para cocerlas, puede agregar unas 2 ó 3 cucharadas de pulpa de parchita con sus semillas, para darle vistosidad a la preparación.

Si quiere lograr un sabor un tanto picante, agregue a la cocción 2 ó 3 clavitos de olor o de guayabita (pimienta dulce). Incluso puede aromatizar con semillas de cardamomo en su vaina. Con 1ó 2 vainas es suficiente.

Por último, conserve en frascos esterilizados que podrá refrigerar para alargar su tiempo de duración y porque fríos, estos cascos son más gustosos. Presente en un bol o copa dulcera con abundante melado de la preparación y un tope de queso crema. Acompañe con galletas de soda. Es un postre muy sabroso y original.

Autor:  Anastacia Chimaras Frangos

Ingeniero Civil – UCV_VE
MSc en Ingeniería Hidráulica – UCV_VE
Twitter: @AnastaciaChF

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