Si ser rico es pecado, en estos momentos Chávez se achicharra en las profundidades del infierno

 

Ricardo Valenzuela

La corrupción es un fenómeno que ha aprisionado a la humanidad con las pesadas cadenas de la esclavitud, condenando a los pueblos a la miseria, el hambre y desesperación. Sin embargo, en México esas cadenas han sido especialmente pesadas y, en estos momentos, amenazan ya con romper la espalda de quienes llevan esa carga. Pero definamos ese monstro que nos devora. ¿Qué es la corrupción?

Corrupción es todo acto ilegal y no ético presente como consecuencia del abuso del poder. El acto corrupción es una actividad a través la cual un ciudadano, ya sea servidor público o no, impulsa una acción fuera de la ley, normatividad y prácticas implementados, a fin de favorecer intereses particulares. Para establecerlo de una manera más clara citamos la definición dada por Stephen D. Morris, quien realizó un interesante estudio de la corrupción en México, y sostenía que “Se la ha definido como el uso ilegitimo del poder público para el beneficio privado”; “Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político”; o simplemente como “el uso arbitrario del poder”.

Los últimos meses nos hemos enterado de la Casa Blanca de Peña Nieto, los multimillonarios contratos de obra a empresas que luego, de alguna forma, favorecen al presidente, su esposa, su Secretario de Hacienda. De las oscuras gestiones para implementar la construcción del famoso tren México—Querétaro. Ya sabíamos del asalto de Moreira al estado de Coahuila, la de Montiel, tío del presidente, al estado de México, Grannier que destrozó Tabasco, Fidel Herrera hacendoso en Veracruz.

Si analizamos la deuda de los estados, tendremos una idea de la magnitud del saqueo que día a día desangra al país cuando los gobernadores ordeñan la flaca vaca del manoteo. Al final de la administración de López Portillo, llevando su cinismo a niveles impensables, ordenó una investigación para enterarse cuánto se habían robado sus colaboradores. El resultado ubicó el atraco en 6 billones de dólares a los que el presidente afirmó: “Parece que se les pasó la mano.”

Ante este fenómeno a veces tenemos eventos que, si no nos ofrecen esperanza de soluciones, cuando menos se nos informa de la rapacidad de gente quienes, al verse frente a la piñata de los dulces, arrebatan con furia desenfrenada ante un mundo que no entiende la magnitud de sus acciones, y de esa forma se les puede exhibir como lo que son; vulgares salteadores de caminos y los verdaderos enemigos de la sociedad. Ahora, en este universo de la perversidad, hay inclusive categorías en donde algunas desafían todos los principios no solo de la moralidad, sino los de la lógica y la razón.

Hace unas semanas un empleado del banco suizo, HSBC, dio a conocer una lista de los clientes billonarios que mantienen cuentas con esa institución. Los documentos del banquero informático que sustrajo la lista de clientes del HSBC, es ya flamante nuevo recluta de Podemos, el partido español liderado por el socialista Pablo Iglesias e identificado con el chavismo; entre muchas otras, revelan las increíbles cuentas del régimen socialista de Venezuela.

El ex informático, Herve Falciani, en estos momentos está en boca de todos los gobiernos y policías del mundo. Pero más allá de su lista de millonarios con cuentas en Suiza, Hervé ha sido noticia por su fichaje que lo convierte en miembro y colaborador del partido de Pablo Iglesias. No deja de ser curioso que Falciani, conocido como el “Julián Assange” de las finanzas, se disponga a trabajar con Podemos para elaborar un plan antifraude, cuando ha denunciado en una de sus listas a los financiadores de Pablo Iglesias y Podemos, el chavismo de Venezuela.

Recientemente el diario El País publicaba un llamativo extracto de la famosa “lista Falciani” en la que aparece que, entre 2005 y 2007, el régimen de Hugo Chávez, aquel hombre que hace unos años desaforadamente gritaba, “el capitalismo es malo y el ser rico es pecado,” cuando se daba a expropiar a los ricos, mantenía depósitos por valor de 12,000 millones de dólares en cuatro cuentas del HSBC en Suiza.

Hervé Falciani sustrajo en 2010 la lista de clientes del banco que, en sus estimaciones, le pudieran producir los mayores beneficios al tratar de venderlas a grupos delincuenciales, lo cual trató y fracasó. Ahora gracias a una gran investigación liderada por Le Monde The Guardian en sociedad con un Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en el que participan más de 140 profesionales de 45 países, ha salido a la luz ante el asombro del mundo entero.

Tal y como señala el diario de Prisa, de los 100,000 clientes del HSBC que han quedado al descubierto por la delación de Hervé Falciani, destacan las nacionalidades británica, suiza, mexicana y venezolana. De este último país proceden cerca de $20,000 millones de dólares ingresados en este banco. Y del Estado de Venezuela sobresalen misteriosas cuentas por el orden de 15,000 millones. El régimen chavista tenía cuatro cuentas abiertas a nombre de la Tesorería Nacional y del Banco del Tesoro -un banco comercial fundado por Chávez en 2005 que tiene unas 100 oficinas por todo el país-.

Así, en los documentos develados por el nuevo fichaje de Podemos, se señala a Venezuela como defraudador fiscal y, como es obvio, la pregunta es ¿de dónde proceden tantos millones de un país en donde la gente hace cola para comer? Es más, la actividad que reflejan las cuentas venezolanas son al menos, sorprendentes. Según estos documentos, el banco comercial que fundó Chávez, Banco del Tesoro de Venezuela, ingresó en sólo dos meses 9,500 millones de dólares. Poco después ingresó otros 2,200 millones en dos cuentas fantasmas.

El responsable de estas transacciones en el Banco del Tesoro era Rodolfo Marco Torres, actual vicepresidente económico de Nicolás Maduro. El tesorero de aquella época era Alejandro Andrade Cedeño, quien fue viceministro de Finanzas y presidente del Banco Nacional de Desarrollo en Venezuela. Era un aficionado a la equitación y a la buena vida. Pese a pertenecer a un gobierno socialista y antiimperialista, Andrade mantenía propiedades en EEUU (Carolina del Sur y Florida) por valor de cientos de millones de dólares.

Según explicó uno de los periodistas implicados en la investigación, “En Casa del Herrero”, Marcos García Rey, Andrade tenía 700 millones de dólares en el HSBC. Se desconoce, hasta ahora, si Hervé Falciani ha pedido explicaciones a sus nuevos socios en Podemos, por los ingresos que los cabecillas bolivarianos han aterrizado procedentes de Venezuela. Ahora es el turno de los venezolanos de pedir cuentas ante estos fenomenales atracos. Y Chávez, si realmente ser rico es pecado, en estos momentos se achicharra en las profundidades del infierno.

Asuntos Capitales.

Fuente: www.factormalaver.com

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