El silencio que mata

Por

Maria Fernanda Cabal

@MariaFdaCabal

El polvorín social en Venezuela pareciera no tener fin. Cada nuevo evento nos hace pensar que tocaron fondo y, aun así; después de más de 80 asesinatos, muchos de ellos cometidos con auténtico dolo y sevicia, la comunidad internacional calla. Los organismos que agrupan a las naciones americanas, ignorando la ruptura del hilo constitucional, continúan completamente impasibles ante la desgracia y la ruina de los venezolanos.

En Colombia, solo se alzan las voces de quienes defendemos la democracia y la libertad. La canciller Holguín y Santos van actuando con su hipócrita silencio y convenientemente al ritmo de la vergonzosa lentitud de la OEA.

Mientras tanto, la pugnacidad política interna sobrepasa todos los límites. La Fiscal Ortega, funcionaria chavista que respaldó siempre al régimen, se desmarcó de él, para ponerse tardíamente del lado de los ciudadanos y la Constitución.

El Vicepresidente Tareck El Aissami, reconocido narcotraficante en la mira de Estados Unidos, la acusa de promover un golpe de estado para remover a Maduro del gobierno.

Es bizarro e incomprensible que tantos atropellos y humillaciones al pueblo venezolano se conviertan en lo cotidiano y normal para la comunidad internacional que está cruzada de brazos mientras la situación es completamente intolerable.

El asunto de intereses internacionales es tan hondo que hasta el papa minimiza la urgencia del pueblo venezolano y sus declaraciones no son coherentes con la barbarie que viven. La triangulación con Cuba y las FARC en Colombia es tenebrosa y se le empieza a encontrar la punta al ovillo. Los silencios hablan.

La oposición, encabezada por Maria Corina Machado, ha hecho una gran convocatoria a todos los sectores del país, en la que se reclama la separación de poderes, se rechaza la nueva constituyente que quiere imponer Maduro y se apegan a los artículos 333 y 350 de la Constitución. También convocan al pueblo para que el 16 de Julio elija lo que desea para encaminarse a la reconstrucción de la democracia y la constitucionalidad.

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