La membresía disfuncional de la OEA y su Secretario General

Por

Alejandro Aguirre

Al fracasar la OEA en producir una acción concreta sobre la crisis de Venezuela en la recién celebrada Asamblea General de Cancún, en gran parte por la influencia de Cuba en países del Caribe, su Secretario General Luis Almagro accedió a la petición de sus detractores al ofrecer su dimisión—pero con condiciones.  A cambio de su renuncia, el Dr. Almagro pide:

    • Que se realicen elecciones nacionales libres y transparentes, con observación internacional y sin inhabilitados.

    • Que se libere a todos los presos políticos listados por el Foro Penal Venezolano y se amnistíe a los exiliados.

    • Que se reconozcan los plenos poderes de la Asamblea Nacional.

    • Que se abra un canal humanitario de alimentos y medicamentos.

    • Que se juzgue a los asesinos de cada uno de los manifestantes, así como a sus cadena de mando.

    • Que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral (CNE) sean independientes.

    • Que se detenga el proceso inconstitucional de la Asamblea Nacional Constituyente.

Esta postura, casi nunca vista en el mundo político debe de tomarse en serio por los países que firmaron la Carta Democrática Interamericana en el 2001.  Lo dicho por el Secretario General debe de recibir el apoyo de todos los estados que realmente tienen un compromiso con la democracia y la Libertad hemisférica.

Es una lastima que los Estados Unidos de America prácticamente no han tomado cartas en este asunto y peor fue la cancelación de la participación del Canciller Rex Tillerson.  Por primera vez en muchos años, la OEA tiene un Secretario General cuya postura es compatible con la democracia legitima que es en forma excepcional similar a las de los EE.UU..

La OEA, fue la primera organización de su género en la historia de la humanidad. Su primer secretario general, el ex presidente colombiano, Alberto Lleras Camargo famosamente declaró que, “la OEA no será ni más ni menos que lo que sus Estados Miembros quieren que sea”.

Gran acierto en esa celebre frase del Dr. Lleras Camargo, pero el tiempo ha demostrado que el papel del Secretario General también puede influir mucho en el camino que toma la organización y sus miembros.

Ojalá que renuncie Almagro.  La OEA se privaría de un gran estadista, pero esto implicaría una Venezuela democrática y el principio de un Estado de Derecho en ese gran país.  Muchos de los problemas que afectan seriamente al hemisferio en este momento giran alrededor de Venezuela y he allí en donde se debe de concentrar esfuerzos en este momento.  Luego se puede concentrar en los problemas que afectan a tantos americanos del continente que tampoco viven bajo regímenes democráticos, ademas de grandes problemas como la falta de alimentación y medicina, y sistemas de educación que no llegan a las metas requeridas para el Siglo XXI.

Fuente: http://www.elblogdemontaner.com

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