Whang-Od, de 100 años, es la última tatuadora kalinga

MÓNICA GAIL

 

Whang-Od vive en Kalinga, Filipinas, donde realiza tatuajes a través de la antigua técnica del «batok»

En la región filipina La Cordillera, al norte de la isla de Luzón, se encuentra la provincia de Kalinga (Filipinas). Es un paisaje natural caraterizado por un verde presente durante todo el año, con pueblos aislados que ahora han dejado de estarlo por la construcción de caminos asfaltados que comunican Kalinga con las provincias vecinas. Aún así, no llega el transporte público y es difícil acceder a la aldea de Buscalan, el hogar de Whang-Od. Esta mujer de 100 años es la última tatuadora tradicional Kalinga en el mundo, descendiente de una familia de tatuadores que se remonta varias generaciones.

Vista panorámica de Lubuagan, Kalinga (Filipinas)Vista panorámica de Lubuagan, Kalinga (Filipinas)

Emplea una técnica de golpeteo manual y antigua llamada «batok». Consiste en penetrar la piel con una espira de calamansi, un cítrico común en Filipinas, que se clava en el borde de una rama del mismo árbol y en su punta se unta cada cierto tiempo un mejunje de carbón espesado con patata dulce. Después se inserta la tinta golpeando veloz y repetidamente la rama con un palo de bambú. Whang-Od sigue una plantilla hecha a mano e incluso ella misma lleva tatuados varios diseños suyos, que casi siempre son figuras geométricas.

Whang-Od junto a un turistaWhang-Od junto a un turista

En la zona, apenas hay industria turística, por lo que los Kalinga han establecido su propio modelo y, a pesar de que llegar hasta Buscalan es todo un desafío por sus empinadas cuestas y caminos estrechos, todos los fanáticos de los tatuajes quieren tener el honor de que Whang-Od les haga uno, aparte de vivir una gran experiencia.

Whang-Od no emplea camillas ni agujas esterilizadas. La electricidad no llegó hasta hace ocho años y ella prefiere seguir tatuando a la vieja usanza. Esta centenaria mujer no ha llegado a casarse nunca ni tiene hijos, pero espera que no se pierda la tradición, algo que quizás se cumpla, pues su sobrina nieta Grace Palicas ya ha aprendido de la mejor maestra.

Grace Palicas, nieta de Whang-Od, haciendo un tatuaje facialGrace Palicas, nieta de Whang-Od, haciendo un tatuaje facial

Fuente: abc.es

 

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