Una joven pareja detenida en Rusia por canibalismo

RAFAEL MAÑUECO

 

Vivían en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, y podrían haber matado a más de 30 personas desde 1999 con el objetivo de consumir su carne o hacer conservas para su posterior comercialización.

Un nuevo caso de canibalismo acaba de ser descubierto en Rusia gracias a que los antropófagos extraviaron un teléfono móvil con fotos de sus víctimas descuartizadas. Han sido detenidos, sometidos al dictamen del psiquiatra y encarcelados. Se trata del matrimonio formado por Dmitri Baksheev, de 35 años, y Natalia Baksheeva, cuya edad no ha sido dada a conocer, pero de aspecto más joven. Vivían en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, y podrían haber matado a más de 30 personas desde 1999 con el objetivo de consumir su carne o hacer conservas para su posterior comercialización.

Según el Comité de Instrucción ruso, a mediados de septiembre, durante los trabajos de asfaltado de una carretera, los operarios hallaron un teléfono móvil que contenía macabras fotografías de cuerpos humanos despedazados. En una de las instantáneas se veía a un hombre sosteniendo en su boca una mano cortada, al parecer de una mujer joven.

Los trabajadores horrorizados entregaron el teléfono a la Policía, cuyos agentes pudieron identificar rápidamente al individuo. Resultó ser un tal Dmitri Baksheev.

Una vez averiguado el domicilio, una patrulla acudió con la intención de interrogarle, pero en casa estaba Natalia, su esposa. Según la web Gazeta.ru, ella confesó enseguida y reconoció que habían matado a más de 30 personas.

En el congelador del frigorífico se encontraron fragmentos humanos envueltos en bolsas de plástico y latas de conservas que, tras ser examinadas, resultaron contener un preparado hecho a partir de carne también humana. Gracias al testimonio de Baksheeva, fueron descubiertos y exhumados los restos de siete de las víctimas., que no han sido todavía identificados y necesitarán para ello un análisis de ADN. En el piso había también 19 tiras de piel humana, los teléfonos móviles de los asesinados, «recetas para disimular el sabor de la carne humana» y fotos y vídeos de muchos cadáveres en distintas fases de descuartizamiento.

«Una simple estupidez»

La portavoz del Ministerio del Interior ruso, Irina Volk, informó que Dmitri Baksheev «opuso resistencia al ser arrestado». Según Volk, también reconoció de inmediato su culpa, agregando que fue todo «una simple estupidez». La pareja podría ser recluida en un psiquiátrico o juzgada, en cuyo caso podrían ser condenados a cadena perpetua.

Natalia trabajaba como enfermera en el botiquín de una escuela militar para cadetes y se sospecha que pudo ofrecer sus conservas al comedor del centro. Ella y su marido vivieron durante un tiempo en la residencia que para sus empleados tiene este centro docente.

Al parecer, los vecinos se habían quejado repetidamente de las ruidosas discusiones que la pareja protagonizaba y del fuerte olor a Corvalol, un compuesto que en dosis altas actúa como somnífero. Este fármaco es el que la familia Baksheev parece que suministraba a sus víctimas para después acabar con sus vidas, una vez entraban en sueño profundo. También servía el vodka. El método de invitar a amigos o vecinos a una gran borrachera ha sido utilizado recurrentemente por muchos otros caníbales en Rusia.

Sonados casos de canibalismo fueron el de Nikolái Shadrin, el «descuartizador moscovita», capturado en 2011 y enviado al año siguiente a un psiquiátrico y, sobre todo, el del monstruoso Andréi Chikatilo, que mató durante los años 80 y 90 a más de 60 mujeres y menores de ambos sexos, algunos de cuyos órganos fueron a parar a su estómago. Fue condenado a muerte y ejecutado.

Fuente: abc.es

 

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