¿Por qué nunca se han encontrado los tres barcos de Cristóbal Colón?

Las embarcaciones sin rastro

El destino final de las naves que acompañaron al navegante en su primer viaje es todo un enigma de la historia. Hasta nuestros días no ha llegado ni un solo vestigio de ellas

Foto: Recreación de los tres navíos. (iStock)

Autor

Gonzalo de Diego Ramos

Igual que los ríos de la Península, igual que los límites de España o la lista de los reyes godos, durante los años de escuela nuestros profesores nos grabaron a fuego los nombres de las naves con las que Cristóbal Colón acabaría partiendo en busca de una ruta occidental hacia las Indias. Se cumplen 525 años del descubrimiento del Nuevo Mundo y más de cinco siglos después del primer viaje, ‘La Pinta’, ‘La Niña’ y la ‘Santa María’ son tres barcos fantasmas que perviven en la memoria solo gracias a los libros y papeles que documentan sus periplos.

“Es la búsqueda real de tres agujas en un pajar”, cuenta James Delgado, vicepresidente de la empresa arqueológica Search Inc, a la revista ‘National Geographic’. Los esfuerzos, sin embargo, no han sido escasos, ya que hallar un solo resto de cualquiera de las tres legendarias embarcaciones sería toda una proeza. “Encontrar una pieza de una de las naves sería algo similar a descubrir un trozo de la Cruz Sagrada”, ilustra el experto.

Imaginad que se tratara de una nave espacial que se hubiera quedado tirada en el rincón más recóndito del cosmos

Décadas de estudios arqueológicos y expediciones privadas dirigidas por cazatesoros han dado siempre el mismo resultado: que nada se pueda avalar como auténtico. ¿Qué pasó con las dos carabelas y la nao? ¿Por qué no nos queda nada de ellas? ¿Cuál es el motivo por el que es tan difícil localizarlas?

La nao varada

A pesar de partir juntas del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, lo cierto es que la historia de cada una de las tres embarcaciones va tomando su propio camino con el paso del tiempo. La nave de la que se dispone de una información más fiable es la más grande, la nao ‘Santa María’, propiedad original del navegante y cartógrafo Juan de la Cosa.

Durante el transcurso del primer viaje a América, se sabe, por el propio cuaderno de bitácora de Colón, que el barco encalló en la costa noreste de lo que hoy es Haití, quedando inservible. Ello provocó que buena parte de su madera acabase siendo empleada en la construcción del así llamado Fuerte de Navidad, el primer asentamiento español establecido en el Nuevo Mundo.

Nadie ha podido determinar de manera convincente qué pudo pasar con ‘La Pinta’ y ‘La Niña’ tras su regreso a Europa

“Imaginad que se tratara de una nave espacial que se hubiera quedado tirada en el rincón más recóndito del cosmos”, explica Delgado. “Los marineros necesitaban servirse de los restos del barco para sobrevivir. Hay que tener en cuenta el intenso proceso de reciclaje que tuvo lugar en tales sitios”.

Hace poco más de tres años, el equipo del investigador marino Barry Cliffordcreyó haber hallado algunos restos que podrían pertenecer a la ‘Santa María’ cerca de la zona históricamente señalada. El propio primer ministro de la isla, Laurent Lamothe, declaró que se tomarían “todas las medidas para proteger el sitio”. La embarcación descubierta resultó ser, sin embargo, un navío de un periodo muy posterior, tal y como confirmó la propia Unesco.

¿Por qué nadie consigue hallar la ‘Santa María’ si sabemos el perímetro aproximado donde pudo quedar originalmente varada? ‘National Geographic’ ofrece algunas respuestas.

Colón en la 'Santa María', según el pintor Emanuel Leutze.
Colón en la ‘Santa María’, según el pintor Emanuel Leutze.

Las cálidas aguas del Caribe son un auténtico paraíso para las bromas o teredos, unos moluscos que atacan las maderas sumergidas con un voraz apetito. Se trata de auténticas termitas marinas, archienemigas de los cazatesoros, que son capaces de engullir un barco entero en tan solo unas pocas décadas.

Si los vestigios de la ‘Santa María’ hubieran sobrevivido a tamaña amenaza, estos habrían tenido que soportar más de cinco siglos de huracanes y tormentas tropicales con la nave encallada en aguas superficiales, un hecho complicado. Como cuenta el arqueólogo Donald Keith, son los barcos perdidos en las zonas frías, oscuras y profundas de los mares los que verdaderamente tienen más posibilidades de permanecer intactos, conservando su valor como auténticas cápsulas del tiempo.

Es la búsqueda real de tres agujas en un pajar. Encontrar una pieza sería algo parecido a descubrir un trozo de la Cruz Sagrada

Las mismas tormentas y huracanes, junto a la deforestación que ha sufrido la isla de Haití, han cambiado radicalmente la línea de costa desde los tiempos de Colón. Es posible, por tanto, que si los restos permanecieran allí en cualquier estado, estos se encontrarían ahora bajo capas de sedimentos que imposibilitarían su localización a través de métodos como el sonar de barrido lateral.

La historia incompleta de las dos carabelas

Si la búsqueda de la Santa María parece una causa perdida, la de las dos carabelas resulta todavía menos prometedora. “Nadie ha podido determinar de manera convincente qué les pudo pasar a ‘La Pinta’ y ‘La Niña’ tras su regreso a Europa”, afirma el arqueólogo Greg Cook.

Los datos efectivamente son muy difusos. ‘La Pinta’ acabó separándose de ‘La Niña’ en el viaje de vuelta. Al ser la nave más rápida, fue también la primera en arribar a la península Ibérica a finales de febrero de 1493, en Bayona, trayendo la ‘buena nueva’ de las tierras descubiertas. Desde allí se dirigiría después al puerto de Palos, donde su tripulación desembarcaría el 15 de marzo. Pocos más datos se saben sobre la misma, siendo lo más probable que acabara reconvertida en otras embarcaciones.

Réplica de 'La Niña' en en el Muelle de las Carabelas, La Rábida. (Creative Commons)
Réplica de ‘La Niña’ en en el Muelle de las Carabelas, La Rábida. (Creative Commons)

Respecto a ‘La Niña’, tras el naufragio de la ‘Santa María’, se convirtió en la nave capitana que trajo a Colón de vuelta. La embarcación sería utilizada después en el segundo viaje, siendo el único navío superviviente a un ciclón que acabó con los barcos amarrados en el puerto de la Isabela en el verano de 1495. En los años posteriores al segundo regreso, sería atacada en varias ocasiones por piratas, permaneciendo cautiva durante un tiempo en la isla de Cerdeña. Tras su liberación, el último viaje documentado de ‘La Niña’ sería nuevamente una expedición a Haití. Desde ese momento, los datos sobre la misma dejan de ser completamente fiables, siendo posible que navegara durante algunos años más entre el viejo y el nuevo continente bajo un nombre distinto.

Fuente: https://www.elconfidencial.com

 

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