Skópelos: Una dama irresistible, con un vestido verde mojado en el absoluto azul

por

Thaleia

Las Espóradas, al norte de Eubea, son islas verdes, con playas impresionantes, con aguas cristalinas y menos turísticas que las Cícladas. Su clima templado y cálido permite el desarrollo de una rica y abundante vegetación. Entre la animada isla de Skiathos y la tranquila y romántica isla de Alonissos, encontramos a Skópelos que busca el equilibrio entre las dos y es apta para todos los gustos.

Skópelos es una isla semimontañosa, las cimas más altas son Delfi (681m) y Palouki (567m). Conducir no es fácil, pero los viajes cuesta arriba despliegan una vista única de los pinos que cubren por completo la isla y llegan hasta el mar.

 

island of skopelos in greece white map and blue background illustration in colorful

Skópelos tiene tres puertos (Skópelos, Loutráki y Agnontas) donde llegan barcos desde Agios Constantinos, Mandoudi, Volos y Salónica. Los asentamientos más grandes son dos: Skópelos (Chóra, el asentamiento central) y Glossa. Más de quince playas, alrededor de la isla nos esperan y sus aguas verdes y transparentes forman parte del Parque Nacional Marítimo de las Espóradas donde viven las focas mediterráneas Monachus monachus, delfínes, gaviotas y otras aves especiales.

En la parte occidental encontramos las playas más famosas de la isla. Viajando desde Glossa, el asentamiento más al norte, hacia el sur, cerca del asentamiento Elios o Néo Klima, la playa es grande y arenosa. Junto a esa playa, a una corta distancia, se encuentra Hovolo, una playa muy impresionante, angosta pero larga, con una morfología muy específica y aguas cristalinas y verdes. Llegamos a la playa de Hovolo a pie desde la playa de Elios, caminando a la orilla del mar. Atención, necesitamos zapatos adecuados que no sean resbaladizos y se puedan mojar. Desde Hovolo, los amantes de la natación pueden nadar hasta la playa vecina, Ekatopenidari, una playa muy grande y aislada. Más al sur encontramos las playas de Kastani, donde filmaron escenas de la película Mamma Mia, y Milia, las playas más apreciadas de la isla. Kastani es una hermosa playa, con bar y todas las comodidades. Milia, una playa muy grande e impresionante, es para todos los gustos, con bar de playa y sombrillas, pero también un espacio más tranquilo y aislado.

Conduciendo hacia el sur, se revela la impresionante bahía de Panormos, sus aguas reflejan el verde de los pinos que llenan la región y nos dan la impresión de que tal vez están presentes también bajo el mar. En esta bahía pintoresca y Blo, la muy protegida bahía de al lado, los barcos encuentran refugio. Estos dos sitios son considerados como los mejores refugios naturales de embarcaciones en el Mar Egéo. En Panormos podemos comer, tomar algo y relajarnos envueltos en los colores cálidos de la puesta de sol.

En la parte sur de la isla, la playa de Limnonari, organizada y pequeña, espera a todos para nadar, practicar deportes o simplemente pasar un día contemplando las aguas que brillan bajo el sol. Pasando por la bahía de Agnontas, uno de los tres puertos de la isla, podemos tomar una bebida refrescante antes de continuar nuestro viaje a Stafylos y Velanio.

La playa de arena de Stafylos continúa hasta el cabo del mismo nombre, el sitio arqueológico más importante de la isla. Durante las excavaciones arqueológicas se descubrieron restos de asentamientos pro históricos (tumba, espada, armas etc.). Según la mitología griega, el águila de Zeus, volando sobre la isla, eligió este lugar para la residencia del nieto de Zeus e hijo de Dionisio y Ariadna, Stafylos. En griego, la etimología del nombre Stafylos, es de σταφύλι, la uva. En la Antigüedad, el vino era uno de los productos más exportados en la isla.

Las playas de Velanio y Stafylos están separadas por el cabo. Velanio es una playa aislada preferida por los nudistas. El nombre de la playa proviene de la palabra βαλανεῖον que significa, en griego antiguo, baño. Los romanos eligieron sitios con aguas termales para construir baños de lujo y disfrutar de las playas y la naturaleza durante todo el año.

Skópelos, Chóra, es un magnífico asentamiento tradicional. Está en la parte noreste y su puerto es el más grande de la isla. Pequeñas embarcaciones están allí para ofrecer un recorrido por el Parque Nacional Marítimo de las Espóradas. Es impresionante que la arquitectura de Skópelos tenga más similitudes con la arquitectura de los pueblos de Pelio, que se encuentran en la parte vecina de la Grecia continental, que con la arquitectura de las islas del Egeo. Encontramos casas blancas pero cubiertas con azulejos. Los callejones con sillas de abuelas que bordan o charlan por la noche, tabernas, bares, restaurantes y tiendas hacen de Skópelos un lugar animado y agradable para pasar la noche. Glossa, el otro asentamiento importante de la isla tiene la misma arquitectura y sus callejones también están listos para recibir a los visitantes.

En la parte oriental de la isla, desde la pequeña iglesia de Aghios Giannis, ubicada en un acantilado, la vista es tan maravillosa que inmediatamente olvidamos los 107 escalones que hay que subir para llegar a la cima.

Despidiéndonos de Skópelos, en el barco, somos más ricos en imágenes. ¡El verde y el azul se mezclan, se unen y pintan una espléndida realidad!

Como recuerdo de la isla nos llevamos la receta de la tradicional tarta de queso de Skópelos, que es muy fácil de preparar.

Para el hojaldre:

½ kilo de harina liviana
1 cucharada de aceite de oliva
1 cucharada de vinagre o limón
Sal

Para el relleno:

1 kilo de queso feta duro desmenuzado

Para freír:

2 tazas de aceite de oliva

Echamos en un bol el aceite de oliva, el vinagre o el limón y ½ taza de agua tibia. Añadimos la sal y lentamente la harina. Amasamos bien hasta que se forme una masa uniforme y suave.

Separamos la masa en bolas del tamaño de un durazno y con la ayuda de un rodillo, sobre una superficie enharinada, abrimos una hoja de aproximadamente 2 o 3 milímetros  de espesor.

Rociamos aceite en la hoja y añadimos el queso desmenuzado por la orilla de la hoja en forma de media luna, dejando un centímetro del borde. Enrollamos la hoja para que quede con un diámetro de 3 centímetros y seguidamente en espiral.

Freímos la tarta en aceite bien caliente.

 

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