Proponen erradicar a las cotorras en Málaga con disparos de francotiradores

 

Los expertos defienden la urgencia de controlar esta plaga por su afección a la fauna local, a la población y a los cultivos.

La presencia de la cotorra argentina en España está causando importantes daños ambientales en ciudades muy pobladas del país, como Madrid, Barcelona y Málaga, según Dailos Hernández-Brito, investigador de la Estación Biológica de Doñana.

El impacto agrícola y la transmisión de enfermedades como la psitacosis -que afecta a nivel pulmonar- son las consecuencias que ha destacado a Efe Hernández-Brito con respecto a los humanos, además del peligro que suponen para la población la presencia de los nidos en el entorno urbano, como puede ser en parques y jardines.

El control de la plaga se considera urgente por su afección a especies protegidas de la fauna local; a la población -ruidos y riesgo de caída de los grandes nidos- y a los cultivos. Estas son las principales conclusiones a la que llegó un panel de los máximos expertos nacionales, reunidos ayer en el Foro Ambiental de la UNED,

 

 

Ejemplares que viven veinte años y cuentan con una alta tasa de supervivencia

El motivo por el que tanto esta especie, que en el 2015 contaba con treinta mil individuos en España, como la cotorra de Kramer, que se cifraba en tres mil, entraron en el país en la década de los setenta, es su llegada como mascota y su posterior puesta en libertad.

Desde entonces, la entrada a España se ha multiplicado “alarmantemente” hasta el punto de suponer para la Unión Europea un coste de catorce millones de euros anuales con una tendencia ascendente año tras año, según ha informado la UNED a través de un comunicado.

Hernández-Brito ha apuntado que la causa de la invasión no es climática, sino que responde a cuestiones de masificación de población, puesto que donde se instalaron antes estos animales más crías hay a día de hoy, ya que son ejemplares que viven unos veinte años y cuentan con una alta tasa de supervivencia.

Trampeo y disparo a cargo de profesionales

Las soluciones que baraja este experto están, en primer lugar, en la prevención para que no lleguen más especies a través de la regulación del tráfico con los mismos, que prohíbe traer a estos animales y su tenencia en jaulas como mascotas.

 

 

En lugares donde ya están establecidas, propone soluciones como el trampeo -más funcional pero implica mayor inversión de tiempo y económica- y el disparo a cargo de profesionales de eliminación de este tipo de individuos, metodología que cree que es “más flexible” y que puede conseguir resultados más rápidos a corto plazo.

Para ello, ha sugerido que los especialistas actúen de forma controlada por la Policía, siempre bajo el marco de la legalidad, y ha recalcado que esta medida realizada a tiempo, “funciona muy bien”.

La cotorra se ha convertido en una especie invasora de gran impacto en Europa
La cotorra se ha convertido en una especie invasora de gran impacto en Europa (WP)

Reacciones y soluciones alternativas

Partidos como Podemos o Pacma, ante esta opción, se han declarado “en contra” de la alternativa, y apuestan por otras menos abusivas como pueden ser la captura y posterior encierro en jaulas de los ejemplares, lo que el experto ha recordado que es ilegal, ya que solo se pueden mantener en cautividad para fines científicos.

Ha calificado como “poco ético” querer mantener a estos animales de procedencia salvaje en una jaula además de “inviable” encontrar unas instalaciones que alberguen el volumen de ejemplares que hay.

 

 

En cambio, ha señalado que en reuniones celebradas con motivo de un plan propuesto para la erradicación de las cotorras en Sevilla, bastantes grupos animalistas sí que estaban a favor porque “entienden el problema”, y que aunque el disparo pueda resultar “impopular”, en ese caso concreto afectaba a una especie en peligro, el murciélago.

Una solución que realizan algunos ayuntamientos mediante planes de acción es la eliminación de nidos, pero el experto ha apuntado que “no es factible” ya que son animales que regeneran sus nidos con mucha rapidez, volviendo a recuperar la estructura inicial.

Es “inviable” encontrar instalaciones que alberguen el volumen de estos ejemplares.

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