Obtenga Pectina y Alivie sus Malestares con la Piel de la Pera y la Manzana
Por
Anastacia Chimaras Frangos
Twitter: @AnastaciaChF
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La piel de la manzana, posee elementos anticancerígenos, más de una decena de triterpenos. Esta fruta a su vez, junto con la ciruela, la pera, los arándanos, las uvas y todas aquellas frutas con superficie de apariencia cerosa, posee ácido ursólico, terpeno que reduce el colesterol, ayudando a la pérdida de peso, a la regulación de la glucosa en sangre y a la reducción de los índices que diagnostican un hígado graso. Pero además, posee pectina que tiene la particularidad de combatir los picos altos de insulina. Esta fruta es excelente para aliviar las dolencias gastrointestinales y una infusión con su cáscara es un excelente remedio para aliviar estos malestares.
Los doctores recomiendan comer la cáscara de las manzanas, pero si usted la va a retirar porque va a elaborar una preparación que la obvia o porque le disgusta a quien la va a consumir, no se preocupe porque le puede dar otros usos.
La cáscara de la manzana y sus semillas son ricas en pectina, sustancia muy preciada para espesar mermeladas, compotas y confites, a la vez que muy costosa y difícil de conseguir. Así que aprenderemos a extraerla y conservarla para utilizarla cuando así lo requiramos.
Para ello, usted puede hervirlas en poca cantidad de agua potable y a fuego lento por unos 5 minutos, agregar una cucharada de azúcar por cada cáscara de manzana con sus respectivas semillas, mezclar y dejar reposar hasta enfriar. Luego conserve la preparación, con semillas y piel incluidas, en frascos esterilizados y utilícela posteriormente en la elaboración de su mermelada, compota o confite favoritos. Su suave y aromático sabor no altera el sabor de ninguna fruta y la consistencia espesa que obtendrá será evidente y satisfactoria. Realmente no requiere refrigeración pero la puede guardar en la parte baja de la puerta de la nevera. Cuando vaya a preparar mermeladas, compotas o confites, bastará con utilizar el líquido de esta preparación, a razón del líquido obtenido de la cocción de una manzana por cada ½ kilo de mermelada, compota o confite.
Pero si tiene llenura, malestar estomacal o un desarreglo intestinal puede tomarse una infusión de manzanilla elaborada con el agua donde previamente se hirvieron las cáscaras de manzana, la cual podrá endulzar a gusto con azúcar, papelón, miel o edulcorante. Esta cáscara, al igual que la pulpa de la fruta, es excelente para aliviar las dolencias gastrointestinales y también la pueden consumir los infantes y las mascotas; éstas últimas sin añadido de azúcar u otro dulce o edulcorante.
En cambio, si quiere simplemente tomar una infusión agradable, puede escoger ésta, agregándole una ramita de canela. Siempre claro que no sea hipertenso y que no se la vaya a suministrar a niños menores de 5 años o a las mascotas.
La cáscara de la Pera, al igual que la de la manzana, como ya mencionamos antes, tiene ácido ursólico, terpeno que reduce la masa corporal grasa y aumenta la magra, reduciendo la obesidad y todas aquellas consecuencias de ésta, como la diabetes y el hígado graso y también posee pectina que combate los elevados picos de insulina, así que extraeremos y conservaremos esta sustancia para su posterior uso.
La pera debería consumirse con su piel, ya que es muy diurética y además ayuda a regular la hipertensión arterial. Es ideal para aliviar la tos y promover la expulsión de flemas, en afecciones pulmonares y respiratorias. Además es de rápida digestión y contiene una gran variedad de minerales y vitaminas. Sin embargo, existen varios tipos de pera y algunas de ellas tienen una piel áspera y dura, un tanto desagradable al paladar. Por esta razón, se tiende a eliminar la cáscara de esta fruta.
Sin embargo la pera, al igual que la manzana pero en menor grado, también posee pectina, por lo que podemos aprovechar su cáscara y sus semillas para extraer esta sustancia que utilizaremos posteriormente en mermeladas, compotas y confites.
Para ello, herviremos la piel y las semillas de esta fruta en poca cantidad de agua potable y a fuego lento por unos 5 minutos, agregaremos una cucharada de azúcar por cada cáscara de pera con sus respectivas semillas, mezclaremos y dejaremos reposar hasta enfriar. Luego conservaremos en frascos esterilizados, con semillas y piel incluidas, para su posterior empleo en la elaboración de mermeladas, compotas y confites. Su delicado sabor no alterará el sabor de ninguna fruta y obtendremos una consistencia espesa, muy evidente y satisfactoria. Realmente no requiere refrigeración pero la podemos guardar en la parte baja de la puerta de la nevera. Cuando vayamos a preparar mermeladas, compotas o confites, bastará con utilizar el líquido de esta preparación, a razón del líquido obtenido de la cocción de 2 peras por cada ½ kilo de mermelada, compota o confite.
Pero si tiene problemas pulmonares o respiratorios y quiere eliminar la flema y calmar la tos, puede tomarse una infusión de flores de sauco elaborada con el agua donde previamente se hirvieron las cáscaras de la pera. Para endulzar, se recomienda utilizar miel de abejas.
En cambio, si tiene la tensión arterial elevada o tiene problemas de retención de líquidos, se debe tomar una infusión de flor escondida elaborada con el agua donde previamente se hirvieron las cáscaras de la pera. Para endulzar, se recomienda utilizar stevia.
Las flores de sauco y la flor escondida se utilizan a razón de una cucharadita por infusión y se pueden adquirir en tiendas naturistas, en tiendas de venta de granos y especias, en los mercados populares y en algunas farmacias.
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