Venezuela será un cuartel
Por
Nicómedes Zuloaga P.
“En Caracas existen…dos categorías de hombres…La una que es poco numerosa, conserva viva adhesión a los antiguos usos, a la simplicidad de las costumbres, a la moderación de los deseos. La otra, ocupándose menos del presente que del porvenir, posee una inclinación, irreflexiva a menudo, por los hábitos e ideas nuevas”
Alejandro de Humboldt
Dos obras inspiran estas líneas “Los relámpagos de agosto” extraordinaria narración del mexicano Jorge Ibarguengoitia en la cual nos cuenta, con punzante sentido del humor, una sublevación militar y, en las últimas dos páginas nos aclara “a los ignorantes en historia mexicana” los hechos más destacados acaecidos en sus revoluciones. Este librito me lo prestó mi amigo “El Negro” a quien, de acuerdo a la neo-lengua criolla debería llamar “El afrodescendiente” que, si bien partió hace cincuenta años de la izquierda, ahora manifiesta un derechismo que se acerca, peligrosamente, a la temible secta de “Los guarimberos”.
El otro libro “Estúpidos hombres blancos” de Michael Moore, me lo obsequió uno de mis dos amigos comunistas, carcamanes marxistas a la antigua que, para convencerme de la maldad del inhumano sistema capitalista, me pidieron que leyera ese “brew”, para no utilizar la castiza palabra “bodrio” que en nuestro idioma tiene una connotación tendenciosa. Cuando terminé de leer, las casi trescientas páginas, me pregunté ¡qué carajo tiene eso que ver conmigo, o con Venezuela!
El libro es una diatriba, panfletaria, por cierto, sobre la política interna norteamericana que, en principio, me pareció poco interesante, pero después de reflexionar, encontré que podría servirnos para establecer algunos paralelismos. La primera parte de la obra de Moore se refiere a la “ilegitimidad” que tuvo el gobierno de G.W. Bush ya que, según sus investigaciones, llegó a la Casa Blanca por medio de un fraude electoral perpetrado en Florida. La trampa que hicieron los Bush estaría en que, muchos seguidores del partido Demócrata no pudieron votar, que en el extranjero los votos eran cuestionables, en trampas relacionadas con el registro electoral y así.
También muchos venezolanos han considerado ilegítimo el gobierno de Maduro. No se abrieron la totalidad de las cajas, como supuestamente debía hacerse, un CNE dominado por funcionarios gubernamentales. Además, no se examinaron los cuadernos de votación para poder cotejar, por ejemplo, cuantos multi-cedulados votaron. Además ocurrió un fenómeno inaudito, contrario a todas las tendencias de las encuestadoras y es que Maduro sacó, en algunas mesas, más votos que Chávez. Si el heredero quería legitimarse debía aceptar, como dijo que estaba dispuesto, todas las certificaciones solicitadas por la oposición. Pero eso no ocurrió. Por otra parte, voceros de la oposición ponían en duda la nacionalidad de Maduro, en el sentido que no nació en Venezuela. También Carlos Andrés Pérez tuvo que mostrar su partida de nacimiento y lo hizo, ya que había nacido en Rubio, ciudad fronteriza con Colombia y, muchos dudaban, de su venezolanidad. Encontré otros temas interesantes.
El racismo
También dedica Moore un capítulo al racismo en Estados Unidos y, en eso, sí que tenemos algunas cosas en común. Hace ya tiempo he escrito sobre el racismo en nuestro País. (Artículo titulado “El racismo en Venezuela”: Prueba de la discriminación es el olvido al que estuvieron sometidos, durante siglos, nuestros pueblos originarios y la esclavitud de los afroamericanos que llegó hasta la presidencia de J.T. Monagas en 1854 y la posterior guerra Federal(1859-1864), la más larga y sangrienta. Epítome del racismo decimonónico fue el juicio y fusilamiento de Piar en Angostura porque, Bolívar dixit, Piar pretendía formar en el Oriente de Venezuela una república de pardos y negros (Los documentos del dicho juicio pueden consultarse en Las “Memorias del General O´Leary”, tomo 15 a partir de la página 351). Uno de los testigos afirma que Piar se refirió a lo que le habían hecho en Guayana: “que los mantuanos lo habían querido sacrificar y lo habían mandado a asesinar” Los testigos llamados eran todos enemigos declarados de Piar (Francisco Sánchez, despedido del ejército de Piar. Olivares, públicamente acusado por Piar en un incidente acaecido en Upata etc.). El racismo de Bolívar era, aparentemente, proverbial, de allí su temprano enfrentamiento con Piar.
Los afroamericanos, con sus notables excepciones, siguieron a lo largo del siglo veinte condenados a sus mismas labores manuales y de “servidumbre” hasta que Rómulo Gallegos y, los adecos, llegaron al poder e invirtieron grandes sumas en la educación pública. Así que, en eso nos parecemos a los norteamericanos, aunque estos se enfrentaron a la esclavitud durante la guerra de secesión.(Por cierto, dos años después del escrito de Michael Moore, llegó a la presidencia de los Estados Unidos el primer Presidente negro y, a diferencia de nosotros, salieron de Bush cuando terminó su corto período presidencial. Cosa que no ocurre en Venezuela). Así que esa curiosa, por decir lo menos, institución de la esclavitud, y sus secuelas, lamentablemente, no es ajena a nosotros.
Es cierto que en El Norte, el tema de la segregación racial era más evidente. Sobre todo en los estados del sur. El Ku-Klux-Klan salía con sus cruces candentes y asesinaba a gente de color. Los morenos no podían sentarse en la parte delantera de los buses etc. En Venezuela el racismo se manifiesta de manera más sutil, pero no menos verdadera. Las expresiones de desprecio están en la punta de la lengua de unos y en la bronca y el resentimiento en los otros. Utilizar estas miserias sociales para afianzar el poder político es un delito contra las leyes de la naturaleza humana, pero denunciar el desprecio y la iniquidad, es una responsabilidad ineludible ya que, desde la verdad, podemos reunirnos e identificarnos, todos.
Venezuela Política-petróleo
Es cierto que los norteamericanos y sus multinacionales han sacado provecho de nuestras riquezas y de nuestros pueblos. También debemos aceptar que no fuimos criteriosos al negociar nuestras riquezas y es cierto que, nuestro subsuelo, alberga un botín que todos persiguen. Sin embargo, debemos aceptar que fue un venezolano de la cuarta República, Pérez Alfonso, el padre de la OPEP, nombrado Ministro de Minas e Hidrocarburos por Rómulo Betancourt, quien defendió y negoció mejor nuestra riqueza petrolera. Fue durante el gobierno de Betancourt, en 1960 que se creó una empresa nacional para cubrir todas la áreas de la explotación petrolera y en 1971, la ley para la reversión de las concesiones. La nacionalización del Gas también de la cuarta y las nacionalizaciones del hierro y del petróleo y la creación de PDVSA se debieron a esos gobiernos, tan vituperados por el actual régimen militar que, lamentablemente, está fracasando en casi todos los órdenes. Los gobiernos autoritarios del siglo XX y XXI que han perseguido, discriminado, censurado, torturado y asesinado, se han sustentado con ese “excremento del diablo”.
La historia circular
Lamentablemente, la historia es circular. Basta que intentemos avanzar en una dirección para que, al cabo de un tiempo, de manera inesperada, nos encontremos avanzando en la dirección contraria hacia donde queríamos llegar.
Chávez, durante su primera campaña electoral, ofreció desmontar la corrupción, garantizar la separación de poderes, jueces independientes y justos y acabar con el clientelismo político. ¡Por favor! ahora se intenta justificar la corrupción, el robo de miles de millones, porque se han mejorado las condiciones de vida de los más pobres. Se nombran jueces a dedo y al margen de la ley etc. Otro tema intolerable de nuestra realidad es la reaparición de la tortura en los organismos de seguridad del estado. Esta es otra manifestación de la historia pendular. Los que alguna vez afirman haber sido torturados, ahora justifican la tortura. Los casos de tortura se multiplican y han sido denunciados hasta la saciedad. Nada, NADA, justifica la tortura, ni la persecución y aniquilamiento de los adversarios.
Siguiendo los pasos de Ibarguengoitia “a los ignorantes en historia de Venezuela” les haré un resumen: Alfredo Boulton afirma que, según Landaeta Rosales, desde 1830 hasta 1903 en Venezuela hubo 39 revoluciones y 127 alzamientos, es decir 166 revueltas y asonadas militares. Lo que podríamos considerar un estado de guerra permanente. Antes de estas revueltas debemos contar con la revolución de la independencia. En 1835 la revolución de las Reformas, un golpe de estado contra José María Vargas, uno de los pocos civiles que nos ha gobernado. En 1846 se alzó Zamora y encabezó una revolución campesina. En 1858 Julián Castro tumbó a José Tadeo Monagas. En 1859 empezó la larga Guerra Federal que diezmó un tercio de la población, Zamora, Falcón y Guzmán Blanco se enfrentaron a Julián Castro y a Pedro Gual. Ganaron los liberales y nada cambió ya que, muerto Zamora, la casta militar campesina tomó el poder para reivindicar sus privilegios. Después vino la Revolución de los Azules y en 1870 la Revolución de Abril con la cual llegó al poder Guzmán Blanco que tomó Caracas a plomo e implantó en Venezuela la constitución suiza ¡qué bolas! ¿No?. Sin embargo, Guzmán legalizó la educación gratuita y obligatoria, implantó el matrimonio civil, clausuró los conventos de curas y monjas, pero se le fueron los humos a la cabeza, se hace llamar el “Ilustre Americano” y se hacen dos estatuas, una a caballo y otra pedestre. El ego político nacional ya era imbatible. En 1874 hubo un alzamiento militar para tumbarlo, Linares Alcántara manda a destruir las estatuas de Guzmán y en 1878 la Revolución Reivindicadora lo trajo de regreso, en 1892 la revolución Legalista para impedir que el presidente Andueza modificara la constitución para quedarse en el poder (que me digan si no es circular la historia) así que Joaquín Crespo, otro general, se montó en el poder y en 1901 la Revolución Libertadora, encabezada por el banquero Manuel Antonio Matos, dueño del banco Venezuela, y socio las multinacionales que querían cobrar lo que adeudaba el gobierno de Cipriano Castro, a finales de 1902 en operaciones conjuntas para cobrar deudas del Estado venezolano, las superpotencias Inglaterra, Alemania e Italia, invaden Venezuela. Después, como si esto fuese poco, se unen al bloqueo Holanda, Bélgica, España y México. Venezuela le declara la guerra mundial a todas las potencias de la época y, hasta el enemigo político de Castro, El Mocho Hernández y también el santo José Gregorio, se alistan para enfrentar a los invasores. El 17 de enero de 1903 el Panther, de la armada alemana, encalla en la barra de Maracaibo y con un cañón Krupp (Alemán) los defensores de la barra le meten sendos balazos. Así, la guerra mundial contra Venezuela y, con aquello de “La planta insolente del extranjero ha profanado el suelo sagrado de la patria” Venezuela logró renegociar su deuda. Ahora “La planta insolente del Extranjero.” se pasea por nuestros cuarteles y manda, triangulan negocios de toda índole y se llevan el botín.
El siglo XX es ejemplo de la actitud irreflexiva que ya había observado el teutón Humboldt en el año 1800, en Caracas. En 1908 Gómez dio un golpe de estado a su compadre Castro y gobernó al país hasta su muerte en 1935. Durante su curioso reinado convirtió a Venezuela en su hacienda personal y contrató a militares extranjeros para organizar “un verdadero ejército” que empezó a hacer el ridículo marchando con paso de ganso por la pueblerina Caracas. Entregó concesiones petroleras que terminaron prácticamente confiscando gran parte del territorio nacional, persiguió a estudiantes e intelectuales, despreció a los “patiquines” caraqueños y, desde Maracay, se encargó de matar o encarcelar a sus enemigos. Durante estos años hubo varios intentos para derrocarlo, sin éxito. El más conocido y novelado fue el desembarco del Falke en las costas de Cumaná que terminó en una carnicería en la Calle Larga. También apresó a los estudiantes rebeldes y encarceló a intelectuales y librepensadores, entre ellos, a mi bisabuelo Nicomedes Zuloaga Tovar, liberado de La Rotunda, poco antes de su muerte. Gómez se fue con “La pelona” poco después, pero su muerte, estaba lejos de significar una época de paz. Los generales López Contreras y Medina fueron la transición hasta que un golpe derrocó a Medina en 1945. Después de las primeras elecciones, más o menos libres, Rómulo gallegos es derrocado por Pérez Jiménez, Llovera Páez y Delgado Chalbaud y se produce el único verdadero magnicidio de nuestra historia y Delgado es asesinado. Pérez Jiménez encarcela, persigue y mata, gobierna hasta el 58, cuando, a su vez es tumbado por un movimiento cívico militar. El 1 de enero del 58 se alza el coronel Hugo Trejo y el 23 de enero del mismo año, se cae la dictadura militar. Pero los años de la democracia no fueron menos violentos que el resto de nuestra historia. En diferentes oportunidades hubo alzamientos militares en Barcelona, Puerto Cabello y Carúpano y la invasión de Castro León, nieto de Cipriano Castro, la invasión de Fidel Castro en Machurucuto y un estado de guerra general estimulado por la lucha armada auspiciada desde Cuba. (Muchos de los actores de aquellas sublevaciones se encuentran hoy en el poder, intentando este experimento político y social bautizado como Socialismo del siglo XXI). El 27 y 28 de febrero de 1989 se produjo una sublevación popular que dio pie para el alzamiento militar del 4 de Febrero de 1992, encabezado por Chávez y otro alzamiento en 27 de noviembre, ambos fracasaron pero Hugo Chávez gana las elecciones y se produce otro golpe de estado el 11 de abril del 2002, después de que una marcha multitudinaria, que se dirigía al palacio de gobierno, terminara en tragedia.
¡El destino manifiesto!
Todos los militares que han desangrado la patria, junto a no pocos civiles, a lo largo de nuestra historia, se creyeron ungidos por un poder superior y extraterreno. Todos se creyeron, en su momento, salvadores de la patria y con derecho a implantar sus ideas, más o menos acertadas, a sangre y fuego, en las vidas de los ciudadanos del país. Y, todos, casi sin excepción, se creyeron Bolívar. El colmo fue Juan Vicente Gómez que hizo coincidir su muerte con la del Libertador el 17 de diciembre. Esta actitud irreflexiva, a la cual se refirió Humboldt, sigue vigente. Los pueblos siguen creyendo en los caudillos y siguen reaccionando al temor de las represalias y los desmanes de los uniformados que todavía detentan el poder. Desde 1810 (204 años), sólo hemos sido gobernados por civiles durante 36 años. Estos héroes del destino manifiesto, con diferentes banderas, han perseguido, encarcelado y hambreado al pueblo venezolano, siempre, con lindos discursos y con actitudes radicales, inconscientes e irreflexivas. Todos han terminado saqueando el erario nacional, e impulsado todo tipo de corruptelas. Al final de estas revueltas y revoluciones, siempre terminamos en una guerra civil que deja al país en pedazos, llorando a sus hijos, endeudado y muerto de hambre. Durante los últimos quince años, una facción, en el gobierno, ha declarado la guerra a la mayoría del país medida en la urnas electorales anunciando, sin ningún pudor, que tiene civiles entrenados y armados con fusiles de asalto “Kalashnikov”, el conocimiento de nuestra saga ya nos indica un trágico destino.
La contaminación planetaria
Michael Moore también se queja de la contaminación planetaria que generan los motores de combustión interna y el plomo. Qué queda entonces para nosotros. La Isla de Margarita, por ejemplo, es testigo de un sinnúmero de plantas eléctricas instaladas en zonas pobladas para enfrentar “la emergencia” eléctrica, generando no sólo contaminación atmosférica sino contaminación sónica. Esta emergencia se debe a la absoluta falta de planificación eléctrica ah, y a un negocio de “Bolichicos” según dicen, que cobraron las plantas y, aparentemente, no fueron entregadas en su totalidad. Por otra parte, somos los mayores quemadores de combustible en la región, el gobierno nos regala la gasolina pues, después de lo de Pérez, tienen culillo de aumentar el precio de la gasolina (aunque se afincan de lo lindo con el aceite) y, el contrabando de combustibles a los países fronterizos, se ha convertido en el calvario de la “revolución bonita”.
El mito del “nuevo hombre”
Para terminar, quiero referirme al “nuevo hombre”, otro mito revolucionario. El nuevo hombre nacerá no de un lavado de cerebro y de la invención de nuevos héroes. O de falsa imagería del hombre más retratado en vida durante el siglo diecinueve, me refiero a Bolívar. No. Un nuevo hombre es el que soñó Simón Rodríguez y nadie comprendió. El nuevo hombre conoce el “arte de la vida” cómo lo nombraba el Maestro Rodríguez. Ese nuevo hombre nace de la libertad más absoluta de conciencia. Es un hombre libre de la contaminación televisiva, inmune a la hipnosis colectiva impuesta desde el poder del Estado. De cualquier estado, socialista o capitalista. El nuevo hombre tiene que empezar por conocerse a sí mismo. Conocer sus taras y debilidades humanas. Fabricar herramientas para vencerlas. El nuevo hombre nace sólo de un esfuerzo individual casi sobrehumano. Lucha toda la vida contra su oscuridad y contra todo concepto ajeno o interesado. El nuevo hombre no es manipulable por los políticos y, su sentido crítico, nace del conocimiento de su propia naturaleza interna y del libro abierto de la naturaleza. Ese es el arte de la vida al cual se refería Simón Rodríguez. Ese es el Emilio que soñó. Educó a Bolívar así: venciéndose a sí mismo, conociendo sus limitaciones y entregando su vida a un ideal impersonal. Pero en la política, todo es manipulación y astucia. La vanidad reina e en los cuarteles de la política y en las esferas del poder. ¡De cualquier poder! “…estar mal o malo y creerse bien o bueno, es un engaño de sentido, efecto de la desorganización. Es un bienestar falaz, precursor inmediato de la muerte. Las naciones perecen (como todo cuerpo organizado) por accidentes o de muerte natural…” Esto lo escribía Rodríguez en 1828. (Artículo titulado “Proyecto de Simón Rodríguez” publicado en mi blog…
http://www.arkaum-esoterismo.blogspot.com/#!http://arkaum-esoterismo.blogspot.com/2010/02/proyecto-de-simon-rodriguez-en-america.html)
No existe tal cosa como la “construcción de un nuevo hombre” la única posibilidad de su aparición se encuentra en la voluntad individual de cambiar. Sólo el individuo se cambia a sí mismo, siempre que desee hacerlo. La historia de los experimentos sociales, como ocurrió en la Unión Soviética y China, nos demuestra que es una ilusión pensar que se puede implantar un ser consciente, desde la hipnosis colectiva y la inconsciencia. Los rusos de ahora no son, ni mejores ni peores, que los de antes, los chinos, mercachifles del planeta. La inmensa mayoría, piensa primero en su bienestar (Salvo en contadas excepciones). Para “desalienarse” no basta ser un rebelde. Si esa rebeldía tiene su asidero en nuestras miserias humanas y en nuestros mecanismos inconscientes, de nada sirve. Si nuestra rebeldía nace de la bronca y del resentimiento social y de nuestras emociones descontroladas, manejadas por quién sabe qué mecanismo o por una envidia inconsciente (leer a Melanie Klein) entonces, no sirve. Para que nazca el nuevo hombre, primero, tenemos que nacer nosotros. De la suma de, los nosotros conscientes, libres de toda hipnosis política y de toda manipulación psicológica, psíquica o emocional, nacerá un hombre distinto que, aparentemente, siempre será minoritario. Desde el estado, se pueden mejorar las condiciones económicas y sociales de las mayorías, se puede dar acceso a la educación popular para hacer mejores ciudadanos y se pueden dar las condiciones para que, las mayorías, tengan mejores oportunidades y condiciones de vida. Pero eso no hará un “hombre nuevo” sobre todo, si ese hombre y esas mujeres han sido educados a base de la hipnosis y de la creación de nuevos mitos tan falsos como el falso Bolívar que se pretende imponer. De la falsa historia que se pretende enseñar y del nuevo clientelismo político. Esos nuevos hombres serán, para utilizar las palabras del Maestro Rodríguez, nuevos “autómatas”. Monstruos que estarán dispuestos a matar a otros a una orden de sus nuevos dueños. Habremos cambiado unos autómatas por otros, tan inhumanos, inconscientes y mecánicos como los anteriores.
Del capitalismo salvaje al socialismo salvaje
Para terminar, hay quienes viven en una burbuja ilusoria, con poco o ningún contacto con las penurias del hambre o la discriminación, vanidad de vanidades. Llenos de teorías cuya puesta en práctica, también ha resultado un disparate y, al igual que con los experimentos del “socialismo salvaje” representan el “capitalismo salvaje”. Ese capitalismo inhumano que pretende que TODO puede dejarse a la “inexorables leyes del mercado”. En países como el nuestro, con marcadas diferencias sociales y pobres o morenos explotados, por el egoísmo y el abuso, su abandono es demencial.
El capitalismo salvaje es la esclavitud en todas sus formas. Mano de obra barata, la más barata, para producir millones a sus explotadores. Uno de los ejemplos más recientes del capitalismo salvaje es la esclavitud china. Las multinacionales adoradoras del “Dios Dinero” van allá a establecer sus fábricas porque pagan con un plato de arroz. Hay, o debe haber, una ética productiva. El deseo verdadero para que, los habitantes de este planeta tierra, vivan mejor que cuando éramos cavernícolas. En las cavernas si yo fabricaba flechas y mi vecino era cazador y ofrecía un pernil a cambio de diez flechas y, al final, negociábamos el pernil por seis flechas estábamos regidos por la ley del mercado, es la ley del comercio, pero el capitalismo salvaje es otra cosa: Se refiere a la inhumanidad. A mantener a otros hombres en condición de esclavitud.
Los teóricos del capitalismo salvaje se empeñan en hacernos creer que todo en este mundo es escaso. El origen de esa filosofía, como el de todas las filosofías, se encuentra en los mitos religiosos implantados en el inconsciente colectivo. La teoría económica que está acabando con el planeta, destruyendo y contaminando los ríos y derritiendo los glaciares, nació del desierto y de los inclementes climas del norte. En el desierto no hay nada y, en el Jordán, en un año, pasa la cantidad de agua que baja por el Orinoco en un minuto. Es así como las filosofías y los materialismos y, nuestra forma de vida, nace de los patriarcas del desierto y de los pueblos bárbaros de Europa. El socialismo salvaje y el capitalismo salvaje, son teorías basadas en la administración de la escasez que existe en el mito de aquellos pueblos “civilizados”.
Así mismo, la conquista generó dos culturas y razas perdedoras en América. Los negros y los indios. Perseguidos, esclavizados y maltratados por la cultura ganadora. Ocurre que, las teorías económicas nacidas de la cultura europea, basadas en la escasez, son, en muchos casos, incomprensibles para los habitantes originarios de América, donde existía una filosofía de la abundancia. Donde la tierra proveía todo y la propiedad de la tierra y sus frutos, por abundante, era inconcebible. El sabio Humboldt, desde un punto de vista euro-centrista, lo describe al conocer a su guía Guaiquerí en las costas de Margarita y viajar con él por Venezuela “Esta riqueza del suelo, esta fuerza de la vida orgánica, si bien multiplica los medios de subsistencia, retarda la marcha de los pueblos hacia la civilización. En medio de un clima suave y uniforme la única necesidad urgente del hombre es la alimentación. El incentivo de la necesidad es algo que excita al trabajo y fácilmente se comprende porqué en el seno de la abundancia…las facultades intelectuales se desarrollan menos rápidamente que bajo un cielo riguroso. En los trópicos…Se diría que aparece en el no como un amo absoluto que a su arbitrio cambia la superficie del suelo, sino como un huésped pasajero que apaciblemente goza de los beneficios de la naturaleza.”
Una de las obras más interesantes e iluminadoras es “El Laberinto de los tres minotauros” de J.M. Briceño Guerrero. El libro de Briceño es mucho más que un análisis del proceso de transculturización y desencuentro de nuestras tres razas-culturas que conforman la “americanidad” trata de una reflexión de lo que somos, en esencia y hacia dónde vamos. Quizás el mayor valor de la obra radica en ese fermento iluminador que nos lleva a la aventura de pensar en términos de lo que somos, o no somos. No es un libro fácil, en el sentido de que se trata de una obra académica y, por momentos “laberíntica”. Me gustaría, a veces, que se tratase de un libro al alcance de todos los lectores legos. No es fácil, además, porque trata un tema que, de alguna manera toca nuestras fibras más íntimas, nuestra herencia racial y cultural contradictoria, nuestras debilidades y fortalezas como continente mestizo. Nuestra natural tramposería y rebeldía. Nuestra condición “occidental” y la inevitable dependencia de la cultura europea. (Tomado del artículo “El Laberinto de los tres minotauros)
http://www.arkaum-esoterismo.blogspot.com/#!http://arkaum-esoterismo.blogspot.com/2010/05/el-laberinto-estimado-sr.html)
Tres axiomas:
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Un hombre libre, no puede surgir de una doctrina dogmática.
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El socialismo, como pensamiento único, es un dogma.
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Un gobierno que estimula el odio y el resentimiento creará ciudadanos odiosos.
Peligros para el hombre nuevo:
“La derecha cuando es diestra y la izquierda cuando es siniestra”
Mario Benedetti.