Atenas:
Una ciudad antigua, una capital moderna
por
Thaleia
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Sobre la colina de Lecabetos se encuentra la pequeña iglesia blanca de Agios Georgios. Desde allí, el visitante puede contemplar la ciudad extendida hasta las montañas que rodean la llanura donde está construida. Desde allí, un día sin nubes y humedad pueden ustedes contemplar hasta los barcos que entran o salen del puerto del Pireo.
Por sus colores vivos que brillan bajo el sol mediterráneo y por su gloria que ha brillado durante los siglos, Atenas es una ciudad presente en la poesía griega antigua y moderna. “La ciudad con la corona violeta” dice el poeta mirando el cielo violeta de la ciudad durante la puesta del sol. La ciudad situada en una cuenca, obtiene cada tarde una corona violeta cuando el sol se oculta detrás de las montañas.
Desde Lecabetos el visitante puede distinguir otras colinas: La colina de Filopappos donde está construido el monumento funerario de Filopappos, el príncipe de Siria, amante de la ciudad donde descubrió el mundo de la filosofía. La colina de Pnyx donde los ciudadanos de Atenas se concentraban formando el primer cuerpo democrático en la historia mundial de la política. La colina del Observatorio, un monumento construido según los planos del arquitecto danés T. Hansen Los primeros años después de la liberación de nuestro país de la ocupación turca. La colina de Areios Pagos, El Tribunal Supremo de la ciudad antigua de Atenas y por fin, la colina más célebre de Atenas, la Acrópolis.
Construida sobre la más espaciosa colina de Atenas, Acrópolis es el símbolo de la ciudad y un monumento que atrae visitantes de todos los países del mundo. El Partenón, el templo dedicado a Atenea, la diosa patrona de la ciudad es una obra de arquitectura donde el visitante puede admirar la inteligencia fenomenal del espíritu humano. El Partenón es un fenómeno de simetría, un milagro arquitectónico, una joya de sencillez y belleza. En nuestra época nos impresiona la elegancia blanca de este templo antiguo pero no olvidemos que durante el siglo de oro de Pericles este ornamento arquitectónico era todo de colores vivos y un techo impresionante de madera lo protegía.
Desde el Partenón podemos ver el nuevo museo de la Acrópolis, inaugurado en 2009, cuyo tercer piso se parece al Partenón, con las mismas dimensiones y la misma orientación. Allí el visitante tiene la oportunidad de andar alrededor de una construcción moderna donde las esculturas del Partenón, que siguen estando en Grecia, están puestas en exactamente el mismo lugar donde las encontramos en el templo real. Las demás esculturas uno puede visitarlas en el museo británico de Londres.
¿Cansados de tantas visitas? La ciudad moderna está lista para ofrecerles un café en una terraza con vistas a la Acrópolis, una cena en una taberna tradicional en el barrio de Plaka, a los pies de la Acrópolis, y después un cóctel en uno de los bares modernos cerca de Sintagma. Por la noche pueden ustedes asistir al cambio de guardia delante del parlamento griego, antiguo palacio de Otto, el primer rey del nuevo estado heleno, construido en 1847.
Si ustedes quieren pasar un día fuera de los ruidos de la ciudad de los 5 millones de habitantes, visiten el cabo Sounio, el templo de Poseidón que está allí y naden en el mar Egeo donde el rey mítico Egeas decidió terminar su vida viendo las velas negras del barco de su hijo Teseo. ¡Qué fin infeliz para el rey, qué mar refrescante para nosotros!