Las creativas maneras en que los ganadores del Premio Nobel explican sus descubrimientos
¿Qué tienen en común un dulce, un pelo y un grito? La respuesta es que los tres han sido utilizados para explicar el trabajo de los científicos ganadores del Nobel, una labor pedagógica que busca divulgar a la mayoría de los mortales nociones muy abstractas.
En los últimos años los comités que conceden el premio de ciencias han hecho todo lo posible para que descubrimientos pioneros puedan ser comprendidos por un amplio público, utilizando a veces fórmulas creativas y divertidas para transmitir el mensaje.
“Creo que a veces tenemos un poco de miedo de ir demasiado lejos cuando presentamos los premios Nobel porque es algo serio y es importante”, cuenta Sven Lidin, que ha trabajado durante 12 años en el comité.
Este año la temporada de los Nobel comenzó este 2 de octubre con el anuncio del premio de Medicina a tres investigadores estadounidenses cuyo trabajo explica el funcionamiento del reloj biológico.
Como en cada edición, los miembros del comité se enfrentan a la dificultad a la hora de explicar la importancia del trabajo de los premiados, más allá del ámbito universitario y científico. “Si uno quiere llegar a personas que no sean expertos, tiene que hacer un gran esfuerzo y, al mismo, tiempo asegurarse de que todo sea exacto”, detalla Lidin, que presidió el comité del Nobel de Química durante tres años.
El grito de Munch
Los discursos de Lidin, académico de la Universidad de Lund, para los anuncios son memorables, ya que se caracterizan por utilizar todos los sentidos para poder divulgar su mensaje. En 2012 eligió un alarido delante de una imagen inspirada por el grito de Edvard Munch para comunicar los logros del ganador del premio de Química.
Lidin gritó ante una audiencia atónita, que estalló en carcajadas, para después explayarse sobre la importancia de los receptores acoplados de proteínas G. “¿Te acuerdas de la última vez que tuviste realmente miedo? La boca seca, el corazón palpitante (…) Estos son signos que nuestro cuerpo está listo o para luchar o para huir”, dijo Lidin para explicar cómo estas proteínas permiten a nuestras células reaccionar a la adrenalina y a las hormonas. Este descubrimiento permitió desarrollar antihistamínicos y psicotrópicos.
En 2014, el comité del Nobel de Química decidió recompensar “el desarrollo de la microscopía fluorescente de alta resolución”. Para describir el hallazgo con más claridad, Sven Lidin se arrancó un cabello para demostrar cómo algo tan pequeño también puede ser estudiado. “Un sólo cabello humano, es un centenar de micrómetros. Esto es 500 veces más que el límite de lo que es observable”, explicó en ese entonces.
Este descubrimiento permitió a la ciencia mirar de cerca el funcionamiento interno de la célula y revolucionar así la investigación sobre las enfermedades. “Es muy importante no sólo hacer un espectáculo, sino que este sea pertinente”, advierte el experto.
Pastelería para explicar topología
Para anunciar el premio de Física, Thors Hans Hansson llegó con tres pasteles, un pan a la canela, un bretzel y un bagel para hablar sobre topología y explicar, con las distintas masas, cómo un estudio sobre la deformación de la materia podría producir un día ordenadores ultrapotentes.
Mostrando la estructura del bretzel, el agujero del bagel y la forma del panecillo explicó la forma en la que los “aislantes topológicos” pueden ser completamente deformados sin perder sus propiedades. Este ejemplo que Hansson calificó de “divertido” no salió de la nada.
El comité del Nobel de Física emplea a numerosas personas para asegurarse que la información sea comprensible en los medios y en las redes sociales. “Nosotros somos científicos. No somos estrellas experimentadas”, dice irónicamente Hansson, precisando que los miembros del equipo reciben consejos de expertos en comunicación antes de anunciar el premio.
“La gente sigue atenta sus comentarios. ¿Es comprensible lo que dijo? ¿O se inmiscuyó en detalles técnicos que nadie comprende?”, explica. Pero una demostración inteligible no debe comprometer el prestigio. “No debe ser simplificado a ultranza, para llegar a una demostración falsa. Es difícil encontrar un equilibrio exacto entre algo que sea comprensible y correcto y al mismo tiempo lograr decir una cosa esencial sobre el objeto de la distinción”, concluye el científico.
Fuente: Semana sostenible