“El periodista debe enfrentar a los que tienen el poder”
Jorge Ramos es uno de los 100 personajes más influyentes de la actualidad. Conversamos con él sobre su oficio, su país y el presidente Trump, quien lo detesta
Trump dijo en CNN que Ramos estaba “gritando como un demente” en la recordada conferencia de prensa, pero la respuesta del comunicador mexicano fue: “Simplemente soy un periodista”. (Foto: Reuters)
Jorge Ramos, el periodista de Univisión, acaba de ser galardonado con el Reconocimiento a la Excelencia en los premios Gabo que se celebraron en Medellín.
Al verlo el primer recuerdo que viene a la mente es esa conferencia de prensa en Iowa en el 2015, en la que el entonces candidato presidencial Donald Trump lo expulsó porque no le gustaron sus preguntas sobre la comunidad hispana.
“Mi vida no cambió en nada porque llegué a mi casa y mis hijos me siguieron tratando igual que cualquier otro día. En lo que sí ayudó es que empiezas a tener una voz más fuerte. Cuando hay cosas que denunciar, la gente te está escuchando. Para eso sirve, para que puedas denunciar las miles de muertes en México, el racismo de Donald Trump o las dictaduras en Venezuela y en Cuba o la falta de eficiencia en las tareas de rescate en Puerto Rico”, asegura Ramos, quien nos brindó un tiempo durante su estadía en Colombia.
— Permítame empezar por un hecho doloroso. Usted nació en Ciudad de México. ¿Cuánto le ha afectado el terremoto que ha devastado su ciudad, por segunda vez?
Ver que tu ciudad natal se rompe te destroza por dentro, pero a pesar de que mi ciudad quedó devastada, mi gente nunca se quebrantó. Esa es la lección que me llevo. Cómo los mexicanos salieron a reconstruir la ciudad poco después del terremoto. Ver eso es reconfortante. Yo espero que esto tenga consecuencias políticas. Que rompamos la manera vieja de hacer política en México y que los jóvenes tomen la posta demostrando que pueden repetir esa acción de no sentirse derrotados y hacer las cosas por sí solos en otras áreas.
— ¿Qué es lo que ha fallado?
Hubo un vacío por parte del Gobierno. Este desapareció en las primeras horas después del terremoto. El Gobierno no existía y los ciudadanos fueron los que tuvieron que tomar el control de la situación, ese fue el problema. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, es un mandatario muy tímido, muy agachón y sin liderazgo. En su gobierno han muerto 87.000 personas, hace tres años 43 estudiantes desaparecieron y en este sexenio han matado a 36 periodistas. Dime, ¿eso es normal? No es normal que tantas personas y periodistas mueran, no es normal que después de una crisis sean los ciudadanos quienes tomen el control de un país.
— ¿Y usted ha tenido la oportunidad de conversar con el presidente mexicano sobre estos temas?
No. El presidente Peña Nieto no quiere hablar conmigo. Hablé con él antes de que sea presidente, pero no me ha querido dar ninguna entrevista desde entonces.
Jorge Ramos fue galardonado con el Reconocimiento a la Excelencia en los premios Gabo que se celebraron en Medellín, Colombia. (Foto: AFP)
— En el plano periodístico, el terremoto nos ha dado lecciones importantes. ¿Qué opinión le merece el caso de Frida Sofía?
Qué bueno que lo mencionas, este tema tiene una gran lección. La principal es que de entrada nunca debemos creer en versiones oficiales. O sea, si a ti te dice algo un gobierno, tú debes echarte para atrás y dudar inmediatamente. En el caso de México, la versión oficial es que 43 jóvenes de Ayotzinapa fueron quemados vivos en un basurero, no podemos creer esa versión. Otra de las versiones oficiales del Gobierno es que la esposa del presidente compró una casa por 7 millones de dólares a un contratista público y que todo fue legal, tampoco podemos creer esa versión. De esta misma forma, los periodistas debimos haber entendido que el cuento de Frida Sofía fue solo una ficción. Por creer en la versión oficial es que casi invariablemente nos equivocamos cuando aceptamos lo de Frida Sofía. Nosotros tenemos que hacer periodismo siempre dudando.
— ¿Cuál es la importancia del periodismo en la sociedad?
Nuestra principal labor social es cuestionar a los que tienen el poder. Es válido decir que nuestro trabajo es reportar la realidad, pero más allá de eso, tenemos el deber de obligar a nuestros gobernantes a rendir cuentas. No entiendo cómo hay tantos políticos multimillonarios con salarios públicos. Nosotros servimos para eso, para enfrentar a los que tienen el poder, ese es nuestro servicio social.
— Un periodista puede también luchar contra una dictadura…
En este festival tenemos muchos periodistas cubanos y venezolanos, ellos están haciendo buen periodismo en sus países.
— ¿Cómo se logra?
Para lograrlo hay que hacerlo con mucha valentía, arriesgando nuestra propia vida y buscando fracturas en el sistema. Allí, donde la censura y la represión no funcionen. Es ahí donde [los periodistas] están trabajando. Ahora, nuestra labor dentro y fuera de las dictaduras debe ser siempre de denuncia, nunca podemos aceptarlas. También tenemos la obligación de denunciar la injusticia, el racismo de Donald Trump, la ineficacia de Enrique Peña Nieto y más.
— ¿Cuándo un periodista debe dejar de ser neutral?
Hay ciertas áreas en las que debemos tener una postura de oposición y no ser neutrales obligatoriamente: el racismo, la discriminación, la corrupción, las mentiras públicas, las dictaduras y las violaciones a los derechos humanos. Si no tomamos posesión de estos seis temas, estamos haciendo mal nuestro trabajo. Sea un sacerdote, un director o un presidente, debemos dejar de lado nuestra neutralidad y denunciar, porque si no lo hacemos nosotros, quién lo va a hacer. No le puedes pasar la tarea al que sigue, nos toca a nosotros.
Jorge Ramos habló frente a cientos de personas, entre estudiantes, hombres de prensa e invitados, en el Festival Gabo que se celebró en Medellín y resaltó que son los periodistas los que tienen que hacer las preguntas difíciles a los que tienen el poder. (Foto: EFE)
— ¿Han crecido los casos de racismo y xenofobia que usted investiga desde que Trump llegó al poder? ¿En qué cambió la sociedad estadounidense desde su llegada a la Casa Blanca?
Desde que él entró, “The Washington Post” ha contabilizado en más de 1.000 las mentiras del presidente. En Estados Unidos hay un clima de persecución y de miedo sin precedentes. Los casos de racismo y xenofobia han crecido y esto debido a que lo que ha hecho el presidente es darle permiso a muchos norteamericanos a expresar esas ideas sexistas, racistas y xenofóbicas. Si el presidente llama a los inmigrantes mexicanos criminales y violadores, imagínate cómo los norteamericanos supremacistas van a reaccionar. Se sienten con permiso de hacerlo.
— ¿Y antes no era así?
Antes de Donald Trump, el país no era así. Esa es la gran diferencia. Cuando alguien hacía comentarios racistas o sexistas pagaba un precio muy alto por hacerlo, ahora no.