“…Ya la lucha no puede seguir siendo entre boy scouts y malandros. Toca aprender a pensar cómo piensa un criminal. Pero no para envilecernos. No para convertirnos en lo mismo que repudiamos. No para quedarnos sin futuro moral. Sino para entender cómo vencerlos. Sin que se nos enlode el alma…” Leonardo Padrón.
Nicolás anda alebrestado, guapo y apoyado por la explicable reacción de la oposición colaboracionista que reconoce, y no grita fraude, cuando mucho el arabito de AD ha balbuceado que los gobernadores electos de la oposición no se juramentarán ante la ANC, y fiel a su papel de dictadorzuelo, Maduro amenaza con cárcel a gobernadores opositores que se “coman la luz”, usando un lenguaje propio de nuestras cárceles y, en éstas, de los pranes, no podía ser de otra manera, este malnacido no es más soez porque el lenguaje no admite más fórmulas de insolencia en el acto de habla expresivo de su talante dictatorial, el cual no ha podido ni sabido ocultar granjeándose el rechazo unánime de propios y extraños.
En este contexto, Maduro se llenó la boca diciendo:“yo no creo en dios y que si quiere pelear pues que venga aquí lo espero con mis armas” (http://notivenezuela2424.co.ve/maduro-yo-no-creo-en-dios-y-que-si-quiere-pelear-pues-que-venga-aqui-lo-espero-con-mis-armas), armas que quedaron ampliamente descubiertas el 15 de octubre, lo cual no debe alarmarnos, esa expresión no califica ni como blasfemia, decir que lo es sería darle una estatura intelectual que obviamente Maduro no tiene, siendo la blasfemia una ofensa a una divinidad, no creo que Dios se haya sentido ofendido, compasivo sí, porque sabe mejor que nadie que en el fondo, muy en el fondo, el pobre lo que está es llamando la atención, porque hasta Dios aparentemente también lo abandonó, si es que alguna vez estuvo de su lado.
Ahora bien, cualquiera puede perdonarle que se haya llenado su bocota retando a Dios, con lo cual dejó sentado que cree en su existencia, desde el punto de vista dogmático eso es creer en él, así de fácil, de no ser así que me corrija Joseph Ratzinger. Lo que no puede perdonársele a Maduro es que siendo seguidor de uno de los santones más populares de la India, Sathya Sai Baba, contradiga su doctrina, porque no practica los principios de la verdad, rectitud, paz y amor, tal como lo está demostrando divagando más allá de sus diabólicos propósitos para mantenerse en el poder, en uno de los momentos más críticos que registra la historia del país, y esa conducta, del todo reprochable, no es más que una consecuencia lógica de la influencia que ejercen en él los santeros cubanos que le darían la fuerza para no sucumbir.
Sabiéndose disminuido en su aceptación como Primer Mandatario, más aún como persona, y sabiendo de cierta reunión de los obispos venezolanos, les puso un peine con su negación y reto fútil, en el cual no cayeron los prelados, pero sí le contestaron con un comunicado que cual “gancho al hígado” centro la atención en algo que no quería escuchar: “Deploramos que el Consejo Nacional Electoral, haciendo caso omiso de los llamados realizados desde diversas instancias nacionales e internacionales, se haya mostrado una vez más como un árbitro parcializado, al servicio del Partido oficial. Son múltiples las irregularidades cometidas en la implementación del proceso electoral: el impedir que las organizaciones políticas pudieran sustituir los candidatos tal como está previsto en la ley, la migración a última hora de electores hacia otros centros de votación, la falta de una observación internacional plural, los abusos en el voto inducido. Todo esto constituye un obstáculo para el ejercicio del sufragio y genera desconfianza en los procesos electorales.”
Eso le pasa por andar de bravucón, si quería pelea su contendor ya dio un paso al frente y le quitó la pajita del hombro, claro, él lo hizo para fanfarronear, para distraer la atención, cosa que difícilmente podrá hacer ante las verdades que le dijeron los obispos, verdades que lo comprometen junto son sus colaboracionistas de la oposición: “El pueblo tiene derecho a exigir de la dirigencia política que se ocupe primordialmente de sus necesidades más sentidas, las conozca más de cerca, las experimente y le ofrezca un proyecto de país coherente, fundamentado en la justicia y el bien común sin exclusiones”. Una advertencia para todos los que desde ya andan diciendo que “hay que tomar la decisión sobre participar en elecciones de alcaldes”, omitiendo que es otro barranco por el cual nos quieren hacer rodar para después apelar a estrategias tan ruines como la de renegar de Dios con el único fin de hacernos olvidar otro trago amargo como el del 15 de octubre.
Quiere decir que todo se trató, por parte de Maduro, de un mal chiste, igual a ese chistecito de que aquí hay de democracia. Tenemos un TSJ ilegal, una Constituyente ilegal, un CNE tramposo, un Fiscal General írrito y todavía hay gente que se empeña en decir que el régimen de Maduro no es una dictadura, como no les ha resultado del todo fácil que aceptemos ese embuste viene Maduro con su verborrea tercermundista a querer hacernos entrar en un shock espiritual al que seguiría una conversa con el régimen para designar un CNE confiable para ir a unas elecciones tan confiables como los que nos vieron la cara de idiotas al plantear esa estupidez, los tendremos que enterrar en urna blanca por su empeño de consolidar un sistema totalitario rechazado por la mayoría de los venezolanos así Maduro y sus secuaces crean o no crean en Dios, peleen o no con él.