El Gobierno kurdo suspende la vía de la independencia
El presidente del Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani, busca «abrir un diálogo» con el Gobierno central al congelar los resultados del referéndum del pasado 25 de septiembre.
El gobierno de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí ha anunciado este miércoles la suspensión de los resultados del referéndum de independencia celebrado el 25 de septiembre para «abrir un diálogo» con el gobierno central.
El jefe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (Unami), Jan Kubis, ha celebrado la decisión del Kurdistán iraquí y ha expresado su disposición a facilitar el diálogo entre Bagdad y Erbil para «preservar la unidad y restablecer la estabilidad del país y la coexistencia pacífica entre todos los componentes y minorías a partir de la igualdad de derechos y la justicia para todos los ciudadanos».
Por su parte, el Gobierno de la región semiautónoma ha apuntado en un comunicado a «la peligrosa situación y la tensión» existente en el país, resaltando que «ello fuerza a estar a la altura de la responsabilidad histórica y no permitir que la situación lleve a una guerra».
Así, ha subrayado que anunciará inmediatamente un alto el fuego y el fin de todas las operaciones militares en el Kurdistán iraquí, expresando su deseo de «abrir un diálogo basado en la Constitución iraquí».
«Los ataques y las confrontaciones entre las fuerzas iraquíes y los peshmerga -las fuerzas de seguridad de la región- que empezaron el 16 de octubre, y especialmente los enfrentamientos de hoy (por el martes), han causado daños a ambas partes y podrían llevar a un continuado derramamiento de sangre, infligiendo dolor y levantamientos sociales entre los diferentes componentes de la sociedad iraquí», ha dicho.
«La continuación de los combates no lleva a ninguna de las partes a la victoria, sino que llevará al país hacia el desorden y el caos, afectando a todos los aspectos de la vida», ha argumentado.
Por ello, ha propuesto un alto el fuego inmediato y el fin de las operaciones militares, la suspensión de los resultados y la apertura del citado diálogo fundamentado en la Constitución del país asiático.
El comunicado ha sido publicado apenas dos días después de que el primer ministro de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani, afirmara que las continuadas operaciones militares del Ejército iraquí dañan los esfuerzos por iniciar un diálogo con el gobierno central.
Barzani indicó en este sentido que las autoridades de la región estaban dispuestas a enviar una delegación a Bagdad para iniciar «conversaciones serias» y «abrir una nueva página», recalcando que los problemas deben ser resueltos «de forma pacífica y en el contexto de la Constitución iraquí».
Las tropas del Gobierno central iraquí recuperaron el 16 de octubre el control de Kirkuk, poco después de que los peshmerga abandonaran la zona, en el marco de una serie de iniciativas emprendidas como represalia por la celebración del referéndum independentista del 25 de septiembre.
Los avances militares han seguido en estos últimos días, hasta el punto de que las fuerzas kurdas habrían renunciado ya a todas las áreas donde habían ganado influencia en estos últimos años. «Hemos retrocedido el reloj a 2014», afirmó el jueves un comandante militar iraquí en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.
El territorio que controlaban hasta ahora los peshmerga queda oficialmente fuera de los límites del Gobierno Regional del Kurdistán, aunque se trata de zonas en disputa cuyo futuro sigue sin resolverse, a pesar de que teóricamente la Constitución establece un plan para que decidan si quieren inclinarse por Erbil o por Bagdad.
La región del Kurdistán iraquí, en el norte del país, es autónoma e independiente «de facto» desde la guerra de Irak de 1991 y cuenta con su propio ejército, los peshmerga. Es una de las cuatro regiones históricas del Kurdistán junto con la región kurdo-siria (Rojava), el sureste de Turquía y el noroeste de Irán.
Objetivo: expular a Daesh
El otro frente que mantiene abierto del Gobierno iraquí es el conflicto contra Daesh. En este sentido, las fuerzas gubernamentales del país persa están a punto de lanzar una ofensiva para recuperar la última zona de territorio iraquí que se mantiene bajo el dominio de los milicianos del grupo terrorista cerca de la frontera con Siria, según han informado las Fuerzas Armadas iraquíes este miércoles.
«Vuestras fuerzas de seguridad están llegando ahora para liberaros», señala los panfletos que ha lanzado la Fuerza Aérea iraquí en las regiones fronterizas occidentales de Al Qaim y Rawa, según ha contado el Mando de Operaciones Conjuntas de las Fuerzas Armadas iraquíes, en un comunicado.
El grupo terrorista mantiene bajo su control varias zonas del lado sirio de la frontera pero el territorio que domina se está reduciendo por los avances de dos fuerzas hostiles, la coalición de combatientes kurdos y árabes apoyada por Estados Unidos y las fuerzas del régimen sirio respaldadas por Rusia y por milicianos chiíes apoyados por Irán.
Fosas comunes
A medida que las fuerzas de seguridad iraquíes van recuperando territorios antes dominados por Daesh van descubriendo los horrores perpetrados por los este grupo terrorista fundamentalista. El martes han anunciado el hallazgo de una fosa común con los restos de 170 civiles en la localidad de Al Bu Seif, situada al sur de Mosul.
El coronel Mohamed al Jabri ha señalado que la mayoría de las víctimas son hombres y presentan heridas de bala en cabeza, pecho y espalda, según ha informado la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.
Asimismo, ha indicado que los análisis apuntan a que fueron ejecutados hace cerca de un año, cuando el grupo yihadista Estado Islámico aún controlaba la ciudad.
En los últimos meses han sido localizadas numerosas fosas comunes en las zonas que han sido arrebatadas a los yihadistas.
El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, declaró la victoria de las fuerzas iraquíes frente a Daesh en Mosul el 10 de julio, si bien el grupo ha seguido perpetrando atentados en la localidad.
El «califato» que proclamó Daesh en sus territorios de Irak y Siria se derrumbó en julio, cuando las fuerzas iraquíes, respaldadas por Estados Unidos, se hicieron con Mosul, la «capital de facto» del grupo de Abú Baker al Baghdadi en el norte de Irak.
El otro bastión de los milicianos, la ciudad siria de Raqqa, fue tomado por fuerzas apoyadas por Estados Unidos la semana pasada.
El líder de Daesh, Abú Baker al Baghdadi, difundió un mensaje de audio a finales de septiembre para demostrar que sigue vivo, tras la difusión de informaciones que apuntaban que había sido abatido. El líder del grupo terrorista reclamó entonces a sus adeptos que siguieran atacando. «Dios está con nosotros en este último asalto contra los miembros de Daesh», señalan los panfletos lanzados desde el aire por las fuerzas iraquíes cerca de la frontera con Siria.
«Decid a aquellos entre los niños y los familiares que cogieron un arma contra el Estado que la dejen a un lado de inmediato y que se vayan a cualquier casa en cuya azotea ondee una bandera blanca cuando entre las fuerzas de liberación a Al Qaim», aseguran los panfletos de los militares iraquíes.