Las universidades españolas carecen de atractivos para los profesores extranjeros

Lara Galaup

 

  • Solo el 2% de los docentes en España llegan de otro país mientras otros estados como Reino Unido tienen una tasa del 27% o Suiza del 43%.

  • Los expertos consideran que se debe a la escasa internacionalización de los centros, las trabas administrativas y los salarios poco competitivos.

  • “La investigación no es un asunto aislado, es una red”, apunta Francisco Michavila, director de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria.

La universidad española no es atractiva para los docentes extranjeros. Así se deduce de los datos recogidos por Eurydice, una red dependiente de la Comisión Europea especializada en información sobre educación. Si en Reino Unido este colectivo supone el 27% de la plantilla académica y en Suiza el 43,5%; nuestro país se encuentra muy alejado de esos números, reduciéndose esta representación al 2,1% de los profesores.

La escasa presencia de centros españoles en las primeras posiciones de los rankings internacionales, las trabas administrativas, así como que los recursos para investigar y los salarios ofertados no sean competitivos, son algunas de las razones que argumentan los expertos para que nuestro país no cuente con un porcentaje mayor de docentes extranjeros. España no atrae al talento internacional, pero por estos mismos motivos tampoco es capaz de retener al patrio.

España se encuentra cerca de países como Lituania, con 0,7% de representación de este colectivo; de Italia (3%) y de Portugal (3,5%). Por encima se sitúan estados como Alemania, con una representación del 10,5%; Dinamarca con una tasa de 17,1% o Suecia, 13,5%. Estos porcentajes, recogidos en un informe en el que se analiza la modernización de la educación superior en Europa, hacen referencia a la plantilla académica del año 2013.

Mayor movilidad entre los jóvenes

“Los datos varían dependiendo de las edades. Entre los profesores menores de 30 años, los extranjeros suponen el 4,7% y entre los más mayores, de 60 o más años, apenas es el 1%”, apunta Francisco Michavila, director de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria. Este experto considera que el dato global nacional es uno de los “puntos débiles” de nuestro sistema y que influye negativamente en los programas de internacionalización.

Según explica, la presencia de estos profesores de diferentes nacionalidades es beneficiosa porque contribuye a que “las corrientes científicas de los departamentos nacionales se conecten con las de otros países” y enriquece la formación que reciben los alumnos porque aporta “nuevas formas” de aplicar planteamientos docentes. “La investigación no es un asunto aislado, es una red. En las convocatorias de proyectos de la Comisión Europea hay que buscar alianzas entre tres países”, incide Michavila.

Desde la oficina de proyectos internacionales de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) van en la misma línea. Una de las profesionales del departamento, Teresa Lorenzo, asegura que “no se puede investigar sin conocer lo que se mueve fuera”. Aunque también reseña que los centros de innovación españoles tienen todavía tareas pendientes relacionadas con el talento nacional: retenerlo, repatriarlo y reclutarlo.

Cuando un profesional toma la decisión de mudarse por motivos profesionales, tiene en cuenta unos baremos que las universidades españolas actualmente no ofrecen. Entre ellas, la duración del contrato o las prestaciones laborales –como la baja por paternidad o maternidad– o el seguro laboral. Lozano asegura que nuestro país “no puede ofrecer” la misma estabilidad profesional a este colectivo que otros miembros de la Unión Europea.

Restricciones económicas

El sistema universitario español también se ha visto afectado por “la tasa de reposición y las restricciones impuestas por motivos económicos”, según asegura Michavila, estas condiciones impiden que las propuestas salariales sean flexibles. “Las ofertas laborales de profesores extranjeros se encauzan en la misma estructura que las de los nativos”, aclara el director de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria.

Los “largos y rígidos” procedimientos de homologación de los títulos es otro de los factores a los que hacen referencia los expertos. Antonio Obregón, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad privada Pontificia Comillas, asegura que estos procedimientos disuaden a los docentes extranjeros porque les genera incertidumbre.

Entre los modelos a seguir, Michavila explica que en el país con la tasa más alta, en Suiza, las convocatorias de plazas de las escuelas tecnológicas tienen que ser publicadas en revistas de otros países para ampliar así su canal de divulgación. Por su parte, Lorenzo reseña que en nuestro país es escaso el porcentaje de financiación que se liga a los resultados académicos.

Una estrategia, sin objetivos concretos

En 2015 el Ministerio de Educación puso en marcha una estrategia para la internacionalización de las universidades españolas de cara al próximo lustro. En ella se exponen medidas generales para aumentar el atractivo internacional de los centros educativos y promover programas de movilidad. Sin embargo, en su redacción no detallan qué partida presupuestaria se destinará para implementarla.

“La estrategia se aprueba en un periodo de austeridad presupuestaria que, sin embargo, no se plantea como un obstáculo para la misma sino como fuente de nuevas oportunidades. De este modo, la financiación de las acciones propuestas se realizará a través de los programas regionales, nacionales y comunitarios con objetivos similares a los de la estrategia”, explican en el texto del proyecto.

Los entrevistados por esta redacción no consideran que en los dos años que lleva implementado este programa se haya conseguido mejorar el dato global de presencia extranjera en las plantillas universitarias.

Entre las medidas que recoge el Ministerio no existe ningún objetivo detallado sobre el porcentaje que se estima alcanzar de docentes extranjeros en un periodo determinado. En el informe realizado por Eurydice, los autores explican que “solo unos pocos países” establecieron esas metas. Francia es uno de los estados que sí se ha comprometido a aumentar esta cifra. Si en 2014 el 14,7% de los profesores e investigadores eran extranjeros, proyectaron como objetivo para 2017 el 20%.

Fuente: eldiario.es

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