La ONU alerta de una “grave hambruna” en el Sahel
La falta de lluvias, el aumento de los precios de la comida, los conflictos y la debilidad de su sistema de respuesta condenan a cinco millones de personas al hambre.
Dada, de 15 años, sostiene a su bebé de 18 meses. Ambas viven en la comunidad de Maiduguri, en el Estado de Borno al noreste de Nigeria. Vlad Sokhin (Unicef)
Una alarmante falta de lluvias el pasado año, el aumento de los precios de los productos de primera necesidad, los conflictos y un débil sistema de respuesta sanitario condenan a unos cinco millones de personas a pasar hambre; y a que 1,6 millones de niños estén en riesgo de sufrir desnutrición aguda grave en seis países de la zona del Sahel, desde el norte de Senegal hasta Chad. Así lo han advertido este jueves los directores regionales de Unicef, la FAO (agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Dakar. Aseguran que si la comunidad internacional no reacciona ya el mundo asistirá a una “grave hambruna”.
En la región senegalesa de Matam, junto a la frontera mauritana, la luz roja ya está encendida. Los excedentes de la última cosecha se agotaron hace meses, cuando deberían de haber durado al menos hasta junio, y miles de hogares se encuentran en situación de extrema necesidad. “La población está reduciendo el número de comidas al día y los niños están dejando de ir al colegio”, ha afirmado Abdou Dieng, director del PMA para África Central y Occidental en el encuentro. “Estas son señales de un desastre inminente que no podemos continuar ignorando”, ha añadido.
La catástrofe arrastra a la ganadería y la agricultura. En el norte de Senegal, grupos de escuálidas vacas deambulan en busca de los escasos pastos que han crecido este año mientras un cálido viento levanta remolinos de tierra. Junto al río, las familias se aferran a los arrozales regados por un curso de agua que baja en mínimos mientras en el durísimo desierto de Ferlo los ganaderos se ven obligados a vender sus vacas o a recoger madera para aguantar un poco más. Son 2,5 millones de pastores y 1,6 millones de agricultores los que requieren ayuda urgente para proteger sus medios de subsistencia, según los datos aportados por los tres organismos.
En Ali Ouri, un pueblo de 4.000 habitantes, las familias con escasos recursos sufren las consecuencias de un año especialmente duro. Al menos 14 pequeños sufren ya desnutrición aguda. Son el reflejo de que han aumentado un 50% los menores que están en riesgo de desnutrición grave en seis países de la zona respecto a la última gran crisis alimentaria en el Sahel, en el pasado 2012. “Resulta trágico que las mismas madres vuelvan a las clínicas año tras año con sus hijos con síntomas de desnutrición aguda grave, y este año todavía en un número mayor”, ha declarado Marie-Pierre Poirier, directora regional de Unicef para África Central y Occidental.
En la región nigerina de Diffa, la falta de alimentos se ceba con los desplazados del conflicto de Boko Haram mientras en Chad la sequía alcanza registros históricos