El incidente se revela cuando el fabricante de coches eléctricos escala la producción del turismo Model 3.
El consejero delegado de Tesla, Elon Musk, hizo circular el domingo entre la plantilla una comunicación en la que advertía de un posible sabotaje desde dentro de la compañía por parte de un empleado. Unas horas después emitió un nuevo mensaje en el que volvía a hacer referencia indirecta al incidente, al comentar un incendio que sufrió durante el fin de semana la línea de producción del Model 3.
En la nota, el ejecutivo indica que un individuo ha ejecutado “un extenso y dañino sabotaje” a las operaciones del fabricante de coches eléctricos. No se identifica al autor y la compañía está tratando de determinar si tiene colaboradores externos. De lo único que se informa en este momento es de que “modificó códigos” que utilizan para identificar a los productos en el proceso de manufactura.
También indica que transfirió “una amplia” cantidad de datos “altamente sensibles” fuera de la compañía. “La amplitud de esta acciones no está aún clara”, afirma Musk, “pero lo que ha admitido es bastante malo”. De acuerdo con la exposición del ejecutivo, el motivo del sabotaje es que el empleado “no obtuvo un ascenso que había solicitado”. “A la vista de lo que ha hecho, no promocionarlo fue lo correcto”, añade Musk.
La investigación del sabotaje se desarrollará durante toda la semana. El objetivo es determinar si actuó solo o con el apoyo de organizaciones externas. “Sabemos que hay una larga lista de organizaciones que quieren que Tesla muera”, asegura, citanto en concreto a los especuladores de Wall Street que están “perdiendo miles de millones de dólares” apostando contra la compañía.
También hace mención a las corporaciones vinculadas a la industria de los combustibles fósiles, “a las que no gusta la idea de que Tesla avance en el progreso en la energía solar y los coches eléctricos”. Y también señala a sus competidores en la automoción. “Si tratan de engañar con emisiones, a lo mejor están dispuestos a hacerlo también de otras formas”, se pregunta.
Elon Musk concluye la carta pidiendo a los empleados que estén “extremadamente vigilantes”, especialmente ahora que Tesla trata de elevar la producción del Model 3 a un ritmo de 5.000 unidades semanales. “Es ahora cuando las fuerzas externas tienen la mayor motivación para pararnos”, afirma. Ese nivel es el que garantizará la viabilidad de la compañía, según los analistas.
El objetivo de Musk es lograr ese nivel para final de junio, pero no se descarta que tenga que aplazarlo de nuevo. Tesla acaba de anunciar, además, una reestructuración de la organización para mejorar la rentabilidad. Para ello va a realizar un ajuste de empleo que afectará al 9% de la plantilla. Los despidos no afectarán a la cadena de ensamblaje del turismo eléctrico pensado para el mercado de masas.