Una palabra con mucha historia: “bochinche”
por
Fenya Antonatos-Kazana
Twitter: @fenyakaz
Para empezar el año con el pie derecho, saqué del inagotable fondo del baúl de mi abuela la historia de la palabra “bochinche”. Una palabra de abolengo y que nos remonta a la época de la Independencia y a su ilustre precursor Francisco de Miranda.
En lo personal es una de esas palabras que me ha acompañado desde que tengo uso de razón. Tiene personalidad y es una de las voces más expresivas en nuestro español venezolano para hablar de situaciones de desorden, pelea o alboroto de todo tipo, y como ya sabemos, nosotros los venezolanos, nos distinguimos por tener ese toque. Es frecuente que la usemos, por ejemplo, cuando una fiesta está buena y queremos que se prolongue: “… y ¡que siga el bochinche!”, somos únicos cuando se trata de pasarlo bien; o “los jóvenes, borrachos, armaron un bochinche” o “las chicas en el colegio armaron un tremendo bochinche en el salón de clases”. Indudablemente su uso incrementa la efectividad del mensaje.
El origen del vocablo “bochinche” lo hallamos en el español peninsular, concretamente en el canario. Hay quienes defienden que proviene del vocablo buche, equivalente de buchada (agua que llena la boca y no se traga). De ahí procedería bochincho (sorbo), cuya identificación con las tabernas habría derivado finalmente en el significado de fiesta o baile. Y claro, ¿hay fiesta o baile sin bochinche: tumulto, barullo o alboroto? Pero, además de bochinche, existe la variante guachinche que se usa para referirse a un sitio donde se sirve comida y bebida típica del país o “taberna pobre”. Hay referencias de que guachinche o bochinche descienden de la expresión inglesa “I’m watching you!” que decían los compradores ingleses cuando iban a las islas a comprar los productos de los agricultores canarios quienes entendían “¿Hay un guachinche?” preguntando por algún lugar, que podía ser una “taberna pobre”, para probar los productos antes de pactar la compra.
Su uso, heredado de la colonización española ha sido mayor en Latinoamérica que en España, donde ha caído en desuso, aunque hoy en día se use el término en otra de sus acepciones: porción de líquido. Sin embargo, entre los diversos países que otrora fueran colonias, sigue vigente en el habla cotidiana y su significado varía de región en región de acuerdo a la evolución etimológica propia de una lengua viva como lo es el español o castellano. Por ejemplo, en Perú y en Panamá significa chisme o rumor mal intencionado, en cambio, en Argentina, Venezuela, Colombia y Chile, su sentido es tumulto, barullo, alboroto general, desorden, bullicio, escándalo, bulla, zaperoco… En Argentina, también se entiende por bochinche, a cualquier ruido molesto generado en una reunión o fiesta. En México se usa para hablar de un baile o una fiesta, cuando hay un entorno ruidoso de mucha gente y música.
En América, hay información documentada del uso del término bochinche desde principios del siglo XIX. El general Francisco de Miranda, llamado “el Americano Universal”, prócer y precursor de la independencia del continente, fue un hombre políglota de gran cultura y protagonista de los primeros tiempos republicanos de Venezuela. Su nombre aparece en el Arco del Triunfo de París, gracias a su participación en las batallas de la Revolución Francesa durante el tiempo que vivió en Francia. Como leyenda urbana, se llega a plantear que fue Miranda el creador del vocablo mismo, que su “Bochinche…. Bochinche… ces personnes ne sont pas capables, mais de Bochinche…” lo dijo en francés, antes incluso de iniciar la lucha emancipadora, razón por la cual se le atribuye a su autoría el vocablo “bochinche”.
En 1806 después de una preparación incansable de su gesta por la independencia, hace su primer intento de independizar Venezuela dando instrucciones para que un grupo de locales lo reciban con alegría cuando desembarque de la fragata Leander en Ocumare de la Costa, para de esta manera iniciar su marcha con el mayor número de simpatizantes posibles. No obstante, los locales, después de haber cobrado el pago, pasan la noche celebrando y no acuden a la cita por haberse quedado dormidos. Al enterarse de esto Miranda, decepcionado, exclama: “¡Bochinche!, ¡bochinche! ¡Esta gente no es capaz sino de bochinche!”. De ahí que los historiadores sostengan que hay una relación entre la evolución etimológica de esta palabra y la forma de ser del venezolano y su identidad social: “un ser caribe, un latinoamericano que algunos describen como indomable, un sujeto social que se ha resistido sistemáticamente en los últimos doscientos años a acatar todas las normas de civilización que dicta el estándar occidental, y que sin embargo, logró en su momento ser uno de los países con mayor desarrollo de la región, con un sistema político que fue objeto de estudio y réplica por otros países, y con períodos de evolución simplemente extraordinarios.”[i]
Miranda acostumbrado a ejércitos profesionales como el de Francia, Rusia, España, no se siente ni remotamente complacido en lo que respecta a disciplina, con los militares que logra reunir en su primer intento, incluso hay registro de utilizar la misma expresión “Bochinche…. Bochinche… esta gente no es capaz sino de bochinche…” al pasar revista a los cuerpos castrenses una vez formada la primera república, al tener problemas para prohibir los juegos de azar e instituir el uso de uniformes.
Narra el historiador Zenkovich (2014) que cuando se produce la caída de la primera república, de la cual Miranda fue la cabeza bajo el título de Dictador y Generalísimo de la República, bajo la Constitución de 1811. Miranda es entregado a la Corona Española por sus propios compañeros, entre quienes figura un aún joven Simón Bolívar, “Bolívar se adelanta y lo declara prisionero. A la luz de la linterna que lleva Soublette, don Francisco, alzando el brazo de su secretario enfoca a cada uno de los conspiradores y serenamente, con tranquila desesperanza les dice mirándolos bien: “Bochinche…. Bochinche… esta gente no es capaz sino de bochinche…”.
Para concluir, aunque aparece en algunos diccionarios como un venezolanismo, y la historia que les he compartido aquí es una valiosa gema de la creencia popular, se ha llegado a la conclusión de que no es creación de Miranda, si bien su origen etimológico es cercano al francés. Sin embargo, aparentemente la voz inicial debe de haber sido buche, de la cual surge buchinche, que evoluciona después a abochincho y, finalmente, a bochinche, según la Fundación BBVA (2016).
Bochinche, bochinchear, embochinchar, bochinchero, bochinchoso… ¡Vaya grupo de palabras!
Fuentes: http://www.palabrasraras.com/2010/05/bochinche/
https://www.academia.edu/29550177/DEL_ORIGEN_DEL_BOCHINCHE_A_LA_MALDICI%C3%93N_MIRANDINA
[i] Según el Diccionario Histórico del español de Venezuela (2012)