“El más pobre” por Laureano Márquez
“Estamos acostumbrados a líderes que, predicando pobreza, viven en el lujo y la ostentación, lo que los lleva, en muchos casos, a aferrarse al poder a toda costa”

El más pobre
«Dicen que yo soy el presidente pobre.
No, yo no soy presidente pobre.
Pobres son los que quieren más,
los que no les alcanza nada».
Pepe Mujica, el expresidente uruguayo, ha fallecido a los 89 años. En muchos de los titulares de prensa que dan cuenta de su muerte, lo catalogan como «el presidente más pobre del mundo». Creo que no es exagerado el calificativo y le hace honor. Cuando uno veía las entrevistas que le realizaban en su casa, algunas veces en la cocina, lo que a uno le apetecía era hacer una colecta, un GoFundMe para comprarle un juego de pocillos de peltre nuevos o un par de sartenes y mandárselos. Su actitud siempre dio la impresión opinión de ser honesta; vivió de manera coherente con lo que fue su predica de vida.
“La política no es un pasatiempo, no es una profesión para vivir de ella, es una pasión con el sueño de intentar construir un futuro social mejor; a los que les gusta la plata, bien lejos de la política”, dijo en una oportunidad.
Que un presidente sea pobre después de pasar por el gobierno es ya una gran cosa. Estamos acostumbrados a líderes que, predicando pobreza, viven en el lujo y la ostentación, lo que los lleva, en muchos casos, a aferrarse al poder a toda costa sin prestar atención a la prédica democrática que dijeron defender y sostener al llegar al gobierno, de donde brota la nefasta idea de la reelección indefinida hasta el fin de los tiempos y más allá. Mujica llegó pobre y salió pobre, porque su noción de riqueza trascendía lo material.
Pepe Mujica pertenece a una tipología de políticos que se extingue aceleradamente, cuidado si él no era el último de los mohicanos. Me refiero a políticos con ideas y principios, con una praxis política que se adecuaba a los postulados en que afirmaba creer. Siempre he pensado que más que la consideración de izquierda y derecha para etiquetar a la gente, lo más importante es su testimonio de vida, lo razonable de los puntos de vista que se sostienen y, por encima de todo, el entramado ético de una persona, que marca su coherencia existencial y que no puede ser encasillado en una ideología particular.
Muchas veces se dijo que, más que un político, Mujica era un filósofo, algunos de sus comentarios se hicieron virales:
- «Si sos joven, tenés que saber esto: la vida se te escapa y se te va minuto a minuto y no puedes ir al supermercado y comprar vida, entonces lucha por vivirla, por darle contenido a la vida».
- «Es muy larga, sinuosa y compleja la lucha que hay por delante, pero ¿qué sentido tiene la vida si nos quitan la esperanza de soñar con un mundo un poco mejor?».
Probablemente Pepe Mujica ha sido uno de los presidentes que más cercano ha estado a la idea del filósofo gobernante que proclamaba Platón. Allí estará con él en el Hyperuránion tópon, que es el cielo de las ideas.
Laureano Márquez P.
@laureanomar
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