Las redes sociales pueden saber tu orientación sexual aunque no las uses
Miguel Ángel Criado
Un estudio muestra que se pueden crear ‘perfiles en la sombra’ basados en datos que citan sus usuarios sobre sus conocidos.
Una red social lo sabe todo de sus usuarios: los datos personales rellenados al crear la cuenta y toda la información que se comparte desde entonces, fotos, comentarios, enlaces compartidos, chistes soeces, emociones… Con toda esa información más la que se pueda obtener o comprar de otros servicios, la incapacidad de internet para olvidar y un par de algoritmos medio decentes, se crea el perfil más completo de una persona, tanto de lo que ha publicado como de lo que no quiere que se sepa. Ahora, un estudio muestra que, al menos en teoría, las redes sociales también pueden saber información tan personal como la orientación sexual o el estado civil de personas que nunca las han usado.
“Si no tienes una cuenta en una red social pero tienes 10 amigos homosexuales en la red y uno heterosexual, los propietarios de la red lo tienen bastante fácil para inferir que eres homosexual”, dice el investigador de la Escuela Técnica Federal de Zurich (ETH) y autor del estudio, el español David García. Ya en 2014, un grupo de científicos entre los que estaba García demostraron que se podía inferir la condición sexual de un usuario de una red basándose en sus conexiones con otros usuarios y lo que publicaban tanto ellos como él. Lo mismo se puede hacer aunque uno no sea usuario de ninguna red.
No es magia, es la capacidad de predicción que ofrecen dos patrones observados en los humanos y en las redes. Entre los primeros existe la tendencia a conectar con los que son iguales a uno, lo que se llama homofilia. En cuando a las redes, una de sus propiedades es la asortatividad, concepto que se refiere a la predilección de los nodos (aquí usuarios) por conectar con otros nodos con los que comparten alguna característica.
“Las personas tienden a conectar con los que son iguales a ellas.”
“Si la gente fuera completamente aleatoria al crear amistades, es probable que no se pudiera inferir esta información, pero al haber patrones en la forma en la que creamos amistades, estos se pueden usar para inferir datos de una persona a través de sus amigos”, explica el investigador de la ETH.
La investigación, publicada en Science Advances, se ha basado en los perfiles y datos obtenidos de Friendster, una red social de primeros de siglo que llegó a tener más de 100 millones de usuarios pero que murió por errores propios y atropellada por la entonces minoritaria Facebook. Aunque desaparecida como tal en 2011, sus archivos siguen ahí a disposición de los investigadores sociales. García se centró en la información de los primeros 20 millones, de los cuales varios millones publicaron sus preferencias en cuanto a amoríos o su estado civil. Jugando con esa información y la fecha de alta en la red, pudo analizar el valor predictivo de los datos publicados por unos sobre los que aún no se habían apuntado.
Lo primero que estudió fue la presencia de los patrones de homofilia y asortatividad. Así, vio que los homosexuales y también los bisexuales tienden a conectar con usuarios de su misma orientación sexual. Sin embargo, los heterosexuales tienen preferencia por hacerlo con las personas de diferente género. El patrón es aún más claro en el caso del estado civil: la probabilidad de que un casado tengan una conexión con otro casado es mucho más alta que si la tiene con un soltero o divorciado.
“Se podría inferir la ubicación geográfica, la raza o la ideología de los que están en una red social.”
Aunque el predictor desarrollado podría ir más lejos obteniendo más y más datos, García se ha quedado en estos dos aspectos por su relevancia para la privacidad personal. Pero, en principio, se podrían saber otros detalles como la ubicación geográfica, el nivel de ingresos, la raza o quizá la ideología. Aunque García lo ha investigado en una red social y lo está estudiando ahora en otra (Twitter), tiene claro que se pueden usar los datos personales que tienen muchas otras empresas de internet.
“Imagínate que te instalas una app de Amazon para comprar en su tienda y le das permiso para que tenga acceso a tus contactos en el teléfono. Amazon sabrá muchas cosas sobre ti y podrá inferir cosas de tus amigos a través de lo que tu y otros de sus amigos comparten con Amazon. Digo Amazon como podría decir Apple, Google… Cualquier plataforma que consiga acceso a listas de contactos, de teléfonos o de correos ya podría hacer perfiles en la sombra”, sostiene el científico de la ETH.
Fuente: elpais.com