El referéndum de independencia kurdo divide a la población

MIKEL AYESTARAN

 

Los secesionistas dicen estar dispuestos a negociar con el Gobierno de Bagdad «durante años».

La presión internacional y la fuerte división interna en los partidos kurdos no han podido retrasar el referendo de independencia que se celebra este lunes en la Región Autónoma del Kurdistán (KRG) y las zonas en disputa entre los gobiernos de Bagdad y Erbil. En total, unos cinco millones de ciudadanos con derecho a voto deciden si quieren dejar de pertenecer a Irak en una consulta en la que el presidente, Masud Barzani, se ha quedado con el único apoyo internacional de Israel. Los primeros en reaccionar ante los planes independentistas de la KRG fueron los iraníes que, siguiendo el ejemplo de Turquía, organizaron maniobras militares en la frontera y anunciaron la cancelación de los vuelos con el Kurdistán iraquí.

La suspensión del proceso estuvo sobre la mesa hasta el último instante, justo hasta que Barzani compareció ante los medios nacionales e internacionales para declarar que «hemos llegado a la conclusión de que solo con la independencia podemos garantizarnos un futuro» porque «la asociación con Bagdad ha fracasado». El líder kurdo adelantó que, una vez conocidos los resultados, «estamos dispuestos a iniciar negociaciones con Bagdad indefinidas, que pueden durar un año o dos o más, pero este diálogo se centrará en cómo podemos ser buenos vecinos, un diálogo constructivo».

«No vamos a reconocerlo ni tampoco sus resultados», ha dicho Bagdad sobre el referendo.

A la misma hora, pero desde Bagdad, el primer ministro, Haider Al Abadi, se dirigió a la nación para denunciar que «el referéndum de secesión es una decisión unilateral, contrario a la Constitución y la convivencia pacífica y no vamos a reconocerlo ni tampoco sus resultados».

Para Barzani, «la oposición al referéndum es la negación de la existencia del pueblo del Kurdistán». Pero esa falta de apoyo –cuya máxima muestra llegó desde el Consejo de Seguridad de la ONU, que alertó del «riesgo desestabilizador de la consulta»– se produce también entre los propios kurdos. «Todos queremos nuestro Estado propio, pero no así. Este proceso es la decisión de una única persona que está secuestrando el derecho de autodeterminación de todo un pueblo», opina Sayed Kaki, analista político vinculado al partido Gorran (Cambio), la segunda fuerza del parlamento kurdo con 25 diputados, que apuesta por la independencia, pero no ahora y de esta forma.

A diferencia de Erbil, donde el control del Partido Democrático del Kurdistán (KDP) es absoluto, en Suleimania, la segunda ciudad más importante de la región autónoma y bastión tradicional de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) del ex presidente de Irak, Yalal Talabani, se pueden escuchar opiniones diversas sobre el referendo. En las calles llama la atención la falta de propaganda electoral, nada que ver con Erbil, forrada con los colores de la bandera nacional, el amarillo de la formación de Barzani y hasta enseñas israelíes. «No es el momento de hacer una consulta sobre un tema tan sensible porque carece del apoyo del parlamento kurdo y lo convoca un presidente ilegal porque su cargo ha expirado», recuerda Kaki, quien piensa que «todo es una maniobra de Barzani para reforzarse de cara a las elecciones de noviembre y no se da cuenta de que, por sus ansias de poder, vayamos a perder nuestro derecho a la independencia por largo tiempo. El referendo puede acarrear consecuencias regionales graves». La entrada en escena de Gorran en 2009 rompió la hegemonía de los dos partidos tradicionales kurdos vinculados a las familias Barzani y Talabani.

«Jugada de Barzani»

El espíritu crítico con la consulta se palpa también en lugares como Shaab, la casa de té más antigua de Suleimania y refugio de escritores e intelectuales desde hace décadas. «No conozco un kurdo orgulloso de tener el pasaporte de Irak. Yo voy a votar por la independencia, pero soy consciente de que se trata de una jugada de Barzani. Sabe que el mundo nos necesita para combatir al grupo yihadista Daesh y lo va a aprovechar», señala Koshin Ahmed, que a sus 22 años es el cliente más joven de este lugar donde las paredes están cubiertas de fotos de figuras destacadas de la cultura kurda, pero también de peshmergas caídos en combate o de Abdulá Ocalan, líder del PKK.

Las urnas se abren en medio de una gran incertidumbre por la respuesta de vecinos como Irán y Turquía o por el futuro de Kirkuk, la ciudad petrolera en disputa con Bagdad. Una misión formada por 200 observadores internacionales seguirá la jornada en directo gracias a la invitación de la KRG, entre ellos el senador de EH Bildu, Jon Iñarritu, y el responsable de acción exterior del PNV, Mikel Burzako.

Fuente: abc.es

 

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