Escenarios optimistas del preso político venezolano

por
José Luis Centeno S.
Twitter: @jolcesal 

En el expediente del preso político venezolano no existe delito alguno, ni hecho que merezca ser sometido a tribunales penales. Él no tiene por qué estar privado de libertad, está sometido a un proceso judicial con el único fin de intimidar y atacar a sectores de la oposición. Es víctima de una tiranía arbitraria. Las contradicciones de los jerarcas del régimen confirman su existencia y utilización, en la familia Rodríguez, el hermano negó que exista mientras su hermanita hacía ver su libertad como un imposible; quien se quedó con las ganas de “Visa para un sueño” afirmó: “Claro que hay presos políticos, son presos de conciencia”, ella sabía que el preso político era responsabilidad de sus fiscales pero el Ministerio Público a su cargo impidió que se hiciera justicia en su caso. Estos hechos, asociados a otras circunstancias adversas, constituyen pruebas fehacientes de las aberraciones de juzgadores, carceleros y verdugos por las que tendrán que responder ante la justicia internacional.

En el caso del preso político venezolano sólo existen actitudes cómplices que exclusivamente parecen beneficiar al régimen, pero no es así. Que el Poder Judicial goce de mayor índice de impunidad en casos comunes y celeridad en casos políticos implica una voluntad deliberada de cometer un delito. Que existan fiscales y jueces fraudulentos que han conducido incluso al suicidio o a morir de mengua a algunos presos políticos haciendo evidente montajes, expedientes prefabricados, persecución implacable y linchamiento judicial, así como las ostensibles recompensas que reciben a cambio esos indignos operadores de justicia, son la mayor evidencia de que proceden a sabiendas del carácter delictivo de sus actuaciones y del daño que pueden causar. Es notorio e innegable que trabajan para consolidar la dictadura, revelando la ilegalidad de sus procedimientos, entre los cuales ilegítimamente han puesto de moda “desacatar” órdenes de tribunales y jugar con la salud del preso político materializando una estrategia del régimen destinada a subyugarlo por completo junto a familiares u organización política.

Los esbirros del régimen son contumaces y consuetudinarios violadores de derechos humanos al preso político. Día a día actúan como si nadie les cobrará en el futuro esas violaciones. Se les olvidó que “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”, eso es ley, de amplio espectro internacional, pero se lo pasan por el Arco del Triunfo, con mayor ahínco cuando el preso político sigue fuerte ante cualquier maltrato físico y psicológico. Delito que no prescribe. En ese contexto la esposa, hermanas y madre del preso político son un dolor de cabeza permanente para la dictadura de Maduro, hacen ver la falta de compromiso real de las autoridades venezolanas con los Derechos Humanos frente a las atrocidades de las que es víctima el preso político, descubriendo la sevicia del régimen hasta en el ámbito militar. Así es la tiranía, quien nunca debió estar preso sale grave de la cárcel al hospital o tras intervenirlo quirúrgicamente lo regresan de inmediato al penal sin atender a su condición clínica. Es obvio, los operadores de justicia y carceleros tienen responsabilidad penal, así como los que les dan órdenes desde arriba, están cometiendo y son responsables de delitos flagrantes de lesa humanidad.

La percepción internacional de la realidad del preso político venezolano no favorece al régimen. Pactos internacionales violados están a la orden del día. El Departamento de Estado, el Vaticano, la OEA, la ONUAmnistía Internacional, elParlamento Europeo, ex presidentespersonalidadesONGs, y pare usted de contar, coinciden en calificar el escenario delpreso político venezolano como “urgente y desgarrador”, confirmando que él no miente ni manipula su realidad cuando exige derechos o rechaza el hecho de encontrarse en “condiciones penitenciarias severas y potencialmente mortales”, ni que hablar de “la falta de tutela judicial efectiva, de debido proceso”. Puesto que el Estado Venezolano debe seguir respetando sus obligaciones internacionales bajo la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre y bajo la competencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos eso es grave, gravísimo si hay “falta de recato diplomático” en relación a solicitudes de otros países preocupados por connacionales detenidos o privados de libertad arbitrariamente. Muy grave para ser obviado por el “TSJ legítimo” que se instalará en la Casa de las Américas. Sencillamente son pruebas del autoritarismo del régimen deMaduro que lo hace candidato fijo para el Tribunal de La Haya.

Cada atropello contra el preso político venezolano lo consolida como el símbolo de la resistencia del pueblo venezolano, tanto si se encuentra en una celda o está en la calle sometido a una medida cautelar, en ambos casos secuestrado por el régimen, que no puede ocultar el terror que le tiene tras no poderle quebrantar la moral. “¡No podrán doblegarme!”, “Nunca cederé en la lucha”. Más que consignas, una realidad irrefutable. “No se Rinde a pesar de estar secuestrado”, así sea bajo tierra, en “La Tumba”“¡Yo menos me rindo!” Expresión de su determinación que vence los atropellos y vilipendio de años. Por esa razón, el régimen hace mal en elevar la pena del preso político venezolano, es un error más que estratégico revelador de la auténtica colección de delitos que le complicará la vida a todos los que usurpan el poder y han pretendido hasta robarse sus banderas, para prostituirlas y banalizarlas, cuando resulta innegable que si hay gente que no deja de luchar por Venezuela, ese es el preso político venezolano.

Cualquier información, comentario, desahogo o sugerencia por la dirección electrónica jolcesal@hotmail.com, el teléfono 0426.1529612 o por mi cuenta en Twitter @jolcesal

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