El agente del FBI que busca las obras de arte robadas en el mundo

 Tim Carpenter, supervisa al Equipo de Crímenes de Arte, el Programa Nacional de Robo de Arte y el Programa de Joyas y Gemas en el FBI

Tim Carpenter

“Vine para asesorar en la preservación de patrimonio y quedé impresionado con lo que encontré. Fue un éxito”, dice el agente del FBI. (Hugo Pérez / El Comercio)

Fuente: El Comercio

Desde su creación, en el 2004, el equipo de Crímenes de Arte del FBI ha recuperado 14.850 piezas valorizadas en US$16 millones. Tim Carpenter, encargado de supervisar al equipo compuesto por unos 20 agentes, visitó el Perú para tratar temas de protección cultural.

— Cuénteme de su trabajo.
Nosotros velamos por todo tipo de objetos artísticos históricos. Desde robos de obras de Picasso o Van Gogh hasta casos relacionados al fraude. Por ejemplo, mucha gente cree que ha comprado un Picasso y en realidad tiene una pintura de US$5 colgada en la sala. La falsificación es un problema de escala mundial y nos mantiene bastante ocupados. Ahora, también trabajamos en casos que incluyen objetos coleccionables.

— ¿De qué tipo?
Las que tengan valor y sean de colección. Hemos tenido casos con coleccionables de rock and roll, de deportes. Hace un rato le contaba a unos colegas sobre el caso en el que buscamos un carro. Solo existían tres como ese y cada uno valía unos US$7 millones. Al ser una rareza se convierte en un crimen de arte y llega a nosotros.

— Hace poco leí en la página del FBI que habían recuperado una pintura robada hace 40 años…
De hecho este año hemos recuperado dos así. La primera fue robada del museo de la Universidad Estatal de Arkansas, en 1989 si mal no recuerdo. Era una pintura de Willem de Kooning. El robo fue perpetrado durante el día por una pareja. La mujer distrajo al guardia mientras el hombre cortaba la pintura. Nunca más volvieron a ser vistos, pasaron años y se congeló el caso.

— ¿Cómo la recuperaron?
Solemos trabajar con los medios para periódicamente traer a la memoria de la gente esos objetos. En este caso esa estrategia nos trajo pistas el año pasado. Terminamos en una venta estatal de Nuevo México, alguien la había visto en las noticias y se contactó con nosotros para que la pudiéramos recuperar.

— ¿Y el otro caso?
Fue en Filadelfia, hace más de 30 años. La pintura era de Norman Rockwell. Un hombre la tenía en su sótano, junto a una mesa de pool. Una noche sus amigos fueron a jugar y uno le hizo un agujero de casualidad. La tuvo que comprar a unos US$100 y la colgó en su casa. Un día la pintura desapareció y no supimos nada de ella hasta este año, cuando una tienda de antigüedades compartió la noticia y un hombre se dio cuenta de que la pintura era la que tenía colgada en su cocina. Él pensaba que tenía una imitación hasta que vio el agujero. Luego de eso nos contactó.

— Es increíble que pase tanto tiempo.
Normalmente es como si estas piezas estuvieran enterradas por 20, 30 o 40 años y un día, de repente, vuelven a la superficie. Para nosotros la prioridad no es atrapar a los malos, sino proteger y recuperar las obras de arte. Por eso la paciencia define a un buen investigador de arte.

— Revisé algunas estadísticas y solo entre el 5% y 10% de piezas de arte robadas son recuperadas.
Es bastante acertado. Aunque no sé si alguien manejará datos concretos al respecto, pero definitivamente el rango es menor al 10%.

— ¿Cuántos casos reciben anualmente?
Unos 40 o 50. A eso hay que sumarle los que venimos investigando de antes.

“Nuestra prioridad no es atrapar a los malos, sino proteger y recuperar las obras de arte”.

— ¿Qué pasa si un coleccionista privado posee piezas coloniales o precolombinas que salieron de nuestro país?
Es un escenario complicado porque depende de muchos factores. Ustedes tienen una ley de patrimonio bastante fuerte, lo primero que se debe hacer es determinar si esa pieza salió del Perú antes de la publicación de la ley, ahí no habría delito. Pero eso es muy difícil de precisar. Lo mejor que podemos hacer es conversar con ellos y convencerlos de que esa pieza puede traer problemas. Sería mejor entregarla voluntariamente.

— ¿Y eso funciona?
A veces. Depende de la actitud de la persona y las pruebas. Pero es un reto porque el mercado está lleno de piezas precolombinas.

— ¿Su trabajo se inicia desde el robo de la pieza o incluye la prevención?
A veces guiamos a los equipos de los museos o revisamos sus equipos de seguridad. Es importante recordar que el 80% de los robos a museos en EE.UU. son perpetrados o están relacionados con gente que trabaja ahí. Nuestro apoyo está orientado a conseguir un mejor cuidado de las medidas internas.

“El 80% de los robos a museos en EE.UU. son perpetrados por gente que trabaja en ellos”.

— Ha sido parte de la Fuerza Aérea, tratado con crímenes violentos, terrorismo internacional, casero y organizaciones criminales. Qué tal cambio…
No olvides que también fui técnico en desactivación de bombas. No es raro especializarse en muchas cosas dentro del FBI. Nuestro equipo posee múltiples cualidades, tenemos desde un antropólogo forense hasta un experto en sumerio o hebreo. Sobre mi experiencia, aprendí mucho sobre técnicas de investigación, comportamientos de otras culturas y cómo funcionan las organizaciones del crimen. Al final, en todos, la paciencia es necesaria.

 
  • Agente especial del FBI contra crímenes de arte

Carpenter

Nací en Knoxville, Tennessee, hace 45 años. Estoy casado y tengo 3 hijos. Superviso al Equipo de Crímenes de Arte, el Programa Nacional de Robo de Arte y el Programa de Joyas y Gemas, todos del FBI. ¿Mi hobby? Construyo muebles en mi casa.

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