Macedonia enciende a Grecia
Masiva protesta nacionalista en Atenas contra el acuerdo con Skopie
Gemma Saura,
La eterna disputa sobre el nombre de la República de Macedonia se remonta a 1991.
No hay palabrota que saque más de quicio a un griego que… Macedonia. “Querrás decir Fyrom (Antigua República Yugoslava de Macedonia, en sus siglas en inglés)”, es el bufido que invariablemente recibe uno en Grecia si comete el tropiezo de referirse con esa palabra al pequeño vecino del norte. Hace dos años, al ministro de Inmigración el lapsus casi le cuesta el cargo.
El enredo de siglas tiene los días contados, al menos si Alexis Tsipras y Zoran Zaev se salen con la suya. Los jefes de Gobierno griego y macedonio parecen dispuestos a todo –incluso a chocar con sus opiniones públicas y a jugarse la silla– para zanjar el litigio por el nombre de Macedonia que desde hace 27 años envenena las relaciones entre ambos países. Las negociaciones, bajo mediación de la ONU, se suceden a ritmo vertiginoso. Prometen que en junio habrá un acuerdo. Nunca había habido una voluntad tan fuerte en ambas capitales. La pregunta es si con eso será suficiente.
Exigen que no permita a los vecinos eslavos llamarse Macedonia
Tsipras probó ayer un bocado de la resistencia que encontrará. Cientos de miles de personas –140.000 según la policía; 1,5 millones según los organizadores– se manifestaron en Atenas para exigirle que no permita a los vecinos eslavos llamarse Macedonia, en ninguna forma. “Sacad las manos de Macedonia”, “Macedonia es griega”, corearon. El compositor Mikis Theodorakis, de 93 años, histórico militante comunista, habló para exigir que el acuerdo sea sometido a referéndum.
La disputa sobre el nombre de la República de Macedonia, la denominación que adoptó en 1991 al independizarse de Yugoslavia, despierta fervores nacionalistas a ambos lados. Para muchos griegos sólo hay una Macedonia: su provincia septentrional, cuna de Alejandro Magno, el gran conquistador del siglo IV a.C. Acusan al vecino de usurpar la herencia cultural helena y esconder pretensiones territoriales.
Skopie alega que su territorio formaba parte del antiguo reino de Macedonia y que este trozo de los Balcanes siempre ha sido conocido con este nombre. Niega albergar ambiciones territoriales, aunque no tranquiliza que en el país circulen mapas de la Gran Macedonia que se comen una parte de Grecia.
Un conflicto identitario con repercusiones geopolíticas