Costa Rica: Gana la presidencia el oficialista Carlos Alvarado Quesada
El candidato oficialista Carlos Alvarado Quesada se convirtió este domingo en el nuevo presidente de Costa Rica, con más del 60% de los votos, en una carrera electoral que expuso profundas divisiones en el país sobre la religión y el matrimonio homosexual.
El Tribunal Supremo de Elecciones anunció los resultados preliminares con el 91% de las mesas de votación escrutadas, en los que el otro candidato, el predicador evangélico Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional, alcanzó el 39%.
De acuerdo con el ente electoral, se registró una participación del 66,91 %, muy lejos de los pronósticos que vaticinaban un alto nivel de abstencionismo.
Tras el anuncio de los datos, Fabricio Alvarado reconoció su derrota.
El candidato Fabricio Alvarado, conocido por ser de la religión evangélica / Foto: AFP
Los costarricenses eligieron a su presidente en segunda vuelta, entre un líder religioso, defensor de una postura conservadora, y un exministro oficialista, ahora ganador, sobre el que pesaba ser candidato de una formación política acusada de corrupción.
Fue la tercera vez en la historia que Costa Rica, uno de los países con más sólida tradición democrática en América Latina, necesitó ir a segunda vuelta para elegir a su presidente.
Y es que, según las encuestas, a pocos meses de la primera vuelta en febrero pasado, ningún candidato se perfilaba como favorito y ninguno convencía más allá de su formación.
Las dudas llevaron a que 13 partidos presentaran sus propuestas, pero el alto número también significó una dispersión de las intenciones de voto durante esa primera ronda.
¿Quién es Carlos Alvarado?
Este político de 38 años apenas cuenta con cuatro años de experiencia en cargos públicos y con la victoria de este domingo se convirtió en la persona más joven en llegar a la presidencia del país.
Periodista de formación, se desempeñó como jefe de prensa de la bancada del PAC en la Asamblea Legislativa en 2004. También fue asesor de la campaña presidencial de Ottón Solís y ocupó un cargo de gerencia con Procter & Gamble Latinoamérica en Panamá, desde donde regresó para dirigir la campaña del ahora presidente saliente, Luis Guillermo Solís.
Y fue Solís quien le dio la oportunidad de estrenarse como funcionario público a inicios de este gobierno, cuando lo designó presidente ejecutivo de Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS).
A Carlos Alvarado sus simpatizantes le aplauden el apoyo al matrimonio igualitario y sus propuestas sociales y educativas.
También fue ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y dos años después tuvo a su cargo la cartera de Trabajo, puesto que dejó a inicios de 2017 para inscribirse como precandidato en la convención interna de su partido y ganar con holgura.
Además de ser bachiller en Comunicación Colectiva y máster en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica, ostenta una maestría en estudios de desarrollo por la Universidad de Sussex, en Reino Unido, y ha publicado una recopilación de cuentos y tres novelas.
Como candidato presidencial le correspondió hacer frente a las críticas contra su partido por el “cementazo” o caso del cemento chino, el más sonado escándalo de corrupción del país, que se fraguó durante el actual gobierno y salpica a funcionarios de los tres poderes.
Mientras, sus simpatizantes le reconocen las propuestas sociales, educativas y ambientales, pero sobre todo su postura a favor de que la unión de personas del mismo sexo sea considerado legalmente matrimonio.
El matrimonio igualitario
El curso normal del proceso electoral sufrió un cambio en enero, cuando el dictamen de una consulta realizada a la Corte Interamericana de Derechos Humanos alteró el panorama electoral.
Los debates no se centrarían a partir de entonces en temas como el creciente déficit fiscal, la criminalidad récord y la persistente pobreza en el país centroamericano, sino en torno al fallo.
La consulta validó las uniones del mismo sexo para los Estados miembros de la Corte, lo que obligaría de facto al gobierno de Costa Rica a permitir este tipo de uniones.
Y en Costa Rica, un país con una población de mayoría católica y conservadora, la opinión pública se dividió, el ala más conversadora se alarmó y los candidatos encontraron en el fallo una puerta para entrar al sector menos tolerante de la sociedad.
En Costa Rica, uno de los países con más amplia tradición democrática en América Latina, muchos rechazan el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Fabricio Alvarado aprovechó sus dotes de predicador y su influencia entre las comunidades religiosas para ganarse al sector más radical del conservadurismo costarricense.
Aseguró que desacataría la opinión de la Corte, lo que muy pronto lo ubicó entre los favoritos.
Cargó su discurso contra el derecho de las personas del mismo sexo a unirse legalmente, lo que llamó la “dictadura de género”, y contra la homosexualidad, a la que consideró una “desviación”.
Pero el auge de los conservadores también le dio impulso a Carlos Alvarado.
Fabricio Alvarado es un excantante y presentador de televisión evangélico.
El candidato oficialista apostó por hacer más conservador su discurso y prometer estabilidad y experiencia para su gobierno, aunque también se mostró más abierto a las uniones del mismo sexo, lo que le ganó el rechazo del sector más tradicional.
El saliente mandatario terminará su gobierno el 8 de mayo.