Venezuela: la profunda brecha entre los que tienen dólares y los que no
La crisis ha partido en dos a la Venezuela socialista. Pero la brecha no separa tanto a chavistas y opositores como a los que tienen dólares y a los que no.
En un país de gobierno bolivariano y nacionalista y de control cambiario desde 2003, casi todos prefieren los papeles con la cara de los presidentes Washington, Grant, Jackson o Franklin a los que tienen la efigie de Simón Bolívar u otros próceres de la patria.
Y es que tener los primeros marca la diferencia entre resistir la crisis o no; incluso entre sobrevivir o no.
En las elecciones presidenciales del 20 de mayo el candidato Henri Falcón proponía dolarizar la economía venezolana como medida rápida y efectiva para acabar con la hiperinflación que devora los salarios y bolsillos de los venezolanos.
Falcón no ganó y no hay dolarización, pero aunque oficialmente sólo se puede cobrar en bolívares, cada vez más el dólar y su cambio en el mercado negro se convierten en la referencia de una economía en la que conviven de hecho dos monedas.
El salario mínimo mensual es de 2,5 millones de bolívares. Parece una cifra alta, pero en el mercado de cambio paralelo -el de referencia en la calle- equivale apenas a US$1. Y un kilo de pollo alcanza ya los 2 millones de bolívares.
Un de los locales de moda en Caracas, frecuentado por una minoría aún pudiente.
“Quien tiene unos pocos dólares vive bien y su realidad es muy distinta de quien no los tiene”, afirma a BBC Mundo el economista Asdrúbal Oliveros.
Eso se ve claramente en la zona de clase media y alta de Chacao, en Caracas, por ejemplo.
Por un lado, gente pudiente llena restaurantes elegantes; por otro, jóvenes con ropa sucia rebuscan alimentos en la basura. Unos y otros separados apenas por unos pocos metros. Y por los dólares que los primeros ganan con su trabajo, tienen ahorrados por un pasado que fue próspero o reciben desde el exterior.
Los siguientes son perfiles que ilustran la profunda brecha que separa a los que tienen dólares en Venezuela de los que no tienen.
“No puedo mejorar mi calidad de vida”
Rafael Acendra vive con sus dos hijos en lo alto de un barrio popular de Caracas. El piso de su vivienda es puro cemento. Desde hace meses, como todos en este cerro de Brisas de Propatria, no dispone de agua.
Recuerda con nostalgia su pasado como empleado de una empresa de asesoría técnica automotriz donde era comercial de pintura para vehículos.
Un muchacho busca comida a las afueras de un supermercado saqueado en Caracas en abril de 2017.
“Tenía un buen sueldo, comisiones, bonos, formación, me pagaban viajes a Estados Unidos…”, evoca. Pero eso cambió. La empresa quebró por la crisis y ahora trabaja por su cuenta vendiendo pintura importada para vehículos. Sin auto.
Tiene a su cargo dos hijos, uno de 11 y otro de 8 años. La mamá de ambos se fue a Colombia hace unos meses y aún no es capaz de enviar dinero para la familia.
“A mí me va bien”, me dice Rafael, pese a que su nevera está casi vacía. En el congelador hay más escarcha que pollo.
Puede ganar entre 30 y 60 millones de bolívares a la semana, como entre US$15 y US$30 aproximadamente al cambio en el mercado negro. Un lujo para muchos.
Con eso es capaz de hacer una compra completa. El problema, dice, es que todo lo que gana lo gasta en comida para él y sus dos muchachos.
Los comedores comunitarios se han convertido en una solución para una parte de la población venezolana.
Rafael aspira a más. Lo que una vez tuvo.
“Si quiero comprarme un vehículo, tener un apartamento, una nevera nueva… No puedo mejorar mi calidad de vida”, se queja. Por eso piensa en emigrar a Perú para que pueda regresar la madre de los niños.
El complejo control cambiario en Venezuela
- 2 millones de bolívares por dólar es aproximadamente la tasa de cambio en el mercado negro. El valor lo marcan varias páginas web a las que el gobierno se enfrenta y que reflejan más o menos el precio de la oferta y demanda de dólares.
- 90.000 bolívares por dólar aproximadamente es el cambio a la tasa oficial llamada Dicom, mecanismo por el que el Estado está otorgando muy pocos dólares, lo que obliga a ir al mercado paralelo. Venezuela impone un control cambiario desde 2003.
- 1,3 millones Tres casas de cambio fueron autorizadas a operar con remesas. Una de ellas dijo esta semana que cambiará el dólar a 1,3 millones de bolívares, información no confirmada por el gobierno.