O SEA, O SEA

por

Roger Vilain

-Roger Vilain-
Twitter: @rvilain1

    Pensar cuesta trabajo, y si tienen dudas échenle un vistazo a los políticos. Con un paquete de neuronas básico, cualquiera se emociona al escupir tres palabras, bisílabas cuando mucho, a ras de boca y de materia gris.

    Entonces o sea lleva las de ganar. Entre parloteos esquizofrénicos y chasquidos de la lengua que dicen de todo menos lo que se quiso decir, si es que se quiso, o sea coge impulso hasta inundar todas las frases de todos los discursos de todo aquél que se respete, es decir, de todo aquél capaz de estar en algo, porque sépase que estar en algo, a la moda, ser de ahora y no un aburrido y anticuado  pasa por meter un o sea cada cuatro segundos si el asunto es oral, o cada tres palabrejas si nos complicamos a la ene y tomamos la vía escrita.

    Bueno, o sea, que le llegó el paquete que le enviaron, o sea, la encomienda, pero no está aquí, o sea en esta oficina, porque llegó pero se la llevaron y entonces la trajeron otra vez, o sea, usted no estaba y la trajeron para acá, o sea, para el otro local que queda allá donde el señor González, o sea, ¿ve? Yo, comprenderás, no veo nada y aún hoy sigo con la vista hecha migajas. No veo nada en lo absoluto pero cojo las pinzas y trato de agarrar al vuelo ciertas ideas: el mensaje que supongo tuvo este señor en la punta de la lengua pero no en la perorata. En fin.

    O sea es el comodín, el as bajo la manga. Imagino un instante el mundo sin o sea, todo el país  sin o sea, algo así como la felicidad en estado lingüístico, un punto a favor de la juntura inteligente del sujeto con el predicado, que ya es mucho decir. O sea, el dios o sea de quienes dicen lo que pueden mientras lo que quieren chorrea por el desagüe.

    Supongo que te habrás percatado de que a mucha honra cada día hablamos  -de escribir ni lo menciones- peor. Y es que hablar o escribir requiere algo más que el o sea en medio de cada triste frase, y más lecturas y más libros y más ganas y más escuelas y maestros. Y cuando digo más no me refiero a cantidades, aclaro de una vez y por si acaso. Eso de que andamos mal, de que nos africanizamos, de que aquí da lo mismo un verbo que un sustantivo que un o sea a fuerza de lenguaje hecho chatarra, da mucho que reflexionar, porque entre otras cosas sin palabras no hay ideas y sin palabras, antecedente lógico, tampoco hay pensamiento, aunque para desgracia siga habiendo políticos con pe de poco. Dan ganas de torcerle el pescuezo a ciertos tipos, sí,  ésos que imaginas ahora, en esencia por el cojonudo lío que arman tan sólo con abrir la soberana boca o con rayar algunas líneas, que para efectos del o sea son todos plagas de idéntico pozo. Mi reino por unos o sea de menos, que si a ver vamos es nada considerando el universo de usuarios que nos gastamos. O sea, que seguimos en lo mismo. Que estamos bien jodidos. O sea.

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