¿Cómo llegó la Luna hasta ahí arriba?

 

Una nueva teoría incluye algunas variaciones en la hipótesis actual del «gran impacto».

La historia de la formación de la Luna ampliamente aceptada dice que hace unos 4.500 millones de años, un objeto del tamaño de Marte bautizado como Theia chocó contra la Tierra y arrojó al espacio una gran masa de material a partir de la cual se condensó nuestro satélite natural. Este impacto estableció el momento angular del sistema Tierra-Luna, y entregó a nuestro joven planeta un día de cinco horas. Durante miles de años, la Luna se ha alejado de la Tierra y la rotación se ha ralentizado hasta nuestro actual día de 24 horas.

Pero hay un par de problemas con la teoría que aparece en los libros de texto. Uno de ellos es la composición sorprendentemente similar de la Tierra y la Luna, con la excepción de algunos compuestos volátiles que se evaporaron hace mucho tiempo. Otro es que si la Luna se condensó a partir de un disco de material que gira alrededor de nuestro ecuador, debería estar en órbita ahí mismo. Pero la órbita actual de la Luna está inclinada cinco grados con respecto al ecuador, es decir, se ha tenido que poner un poco más de energía para moverla.

Un equipo de investigadores de la Universidad de California, la de Maryland y Harvard en EE.UU. han dado con un modelo alternativo para explicar qué le ocurrió a la Luna. Según la nueva teoría, una colisión de altísima energía dejó una masa de material vaporizado y fundido a partir de la cual se formaron la Tierra y la Luna. La Tierra fue creada girando con una jornada de dos horas, con su eje apuntando hacia el Sol

 Debido a que la colisión podría haber sido más energética de lo que hasta ahora se creía, el material de la Tierra y del impactador se mezclaron juntos, y ambos, Tierra y Luna, se condensaron a partir del mismo material y, de esa forma, tienen una composición similar.

Como el momento angular se disipa a través de las fuerzas de marea, la Luna se fue alejando de la Tierra hasta que llegó a un punto de transición, llamado de Laplace, donde las fuerzas de la Tierra sobre la Luna se hicieron menos importantes que las fuerzas gravitacionales del Sol. Esto hizo que parte del momento angular del sistema Tierra-Luna fuera transferido al sistema Tierra-Sol.

Un solo impacto

Esto no modificó de forma importante la órbita de la Tierra alrededor del Sol, pero sí volteó al planeta en posición vertical. En este punto, los modelos construidos por el equipo muestran a la Luna orbitando la Tierra en un ángulo alto, o inclinación, a la línea ecuatorial.

Durante unas pocas decenas de millones de años, la Luna continuó moviéndose lentamente lejos de la Tierra hasta que llegó a un segundo punto de transición, la transición Cassini, momento en el que la inclinación de la Luna -el ángulo entre la órbita de la Luna y el ecuador de la Tierra- cayó alrededor de cinco grados, poniendo a la Luna más o menos en su órbita actual.

Según los científicos, la nueva teoría explica elegantemente la órbita y la composición de la Luna sobre la base de un solo impacto gigante al principio. No se requieren pasos adicionales que intervengan para empujar las cosas. «Un gran impacto puso en marcha la secuencia de eventos», aseguran.

 

 

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